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"El Cid, EN CASTELLANO, artículo del magistrado ÁNGEL AZNÁREZ RUBIO (publicado en el diario "La Nueva España"

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(Del Campeador nacional al poeta comunista Blas de Otero)



¡Ea, pues, canes traidores!
¿Por qué, si no las queríais, a doña Elvira y a doña Sol, hijas del Cid, las sacabais de Valencia  y sus regalos?
¿Por qué las golpeasteis con cinchas y con espuelas?

Fue al principio del último verano, con ocasión de la lectura del libro Historia de la Literatura española, escrito por José Carlos Mainer. Caí en la cuenta de que el cambio de régimen político, de la Dictadura a la Democracia de 1978, supuso también un cambio importante en la escritura de la historia literaria de España. Eso –lo reconozco- debí saberlo antes, teniendo en cuenta cómo la Dictadura manipuló, para un nacionalismo español, lo literario y vista ahora la grosera manipulación de la Literatura por los nacionalismos periféricos (gallego, catalán, vasco, valenciano y balear), que Umbral llamó “elitismos provincianos”.

CÙPULA DE LA CLERECÍA EN SALAMANCA
Tal vez lo anterior sea “normal”, teniendo en cuenta que la Política, arte del gobierno de la comunidad de ciudadanos, arrastra al resto de artes, incluida la de lo bello y lo sublime, que es la Estética, la Estética literaria, la de la bella poesía y prosa. ¡Y cómo no! exclamaría un escéptico, con gesto de resignación. El primer capítulo del libro de Mainer  ¿Otra Historia de la Literatura? es  ilustrativo. 

Los textos literarios que en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo se consideraron fundamentales, por eso objeto de pruebas y exámenes en las llamadas reválidas de cuarto y sexto de bachillerato (también llamadas de grado medio y superior, respectivamente), desaparecieron en el actual Régimen Político de los temarios y pruebas de los equivalentes cursos de bachillerato. 

De aquellos tiempos conservo dos libros, que tuve que estudiar como suelen estudiar los niños: 

Uno es del año 1963, titulado Comentario de textos (Temas de Grado Superior), de Enrique Fernández Villamil, Profesor de Enseñanza Media. En la Introducción escribe el que fue Profesor del Instituto Beatriz Galindo: “El comentario de textos, como técnica pedagógica de la enseñanza del castellano en el bachillerato, tiene aún pocos años, pero ya es sin duda, la innovación más revolucionaria y más eficaz introducida en los métodos de la enseñanza media”.  

El otro libro es del año 1962, titulado Cómo se comenta un texto literario en el Bachillerato, de los autores E. Correa Calderón y Fernando Lázaro.  Comienza el libro con una sugerente advertencia, en la página 14: “En todo escrito se dice algo (fondo) mediante palabras (forma); separarlos para su estudio sería tan absurdo como deshacer un tapiz para comprender su trama: obtendríamos como resultado un montón informe de hilos”.

PICOS DE URBIÓN EN SORIA, DONDE NACE EL PADRE DUERO. EN EL CENTRO DON IGNACIO DE LA CONCHA, EN PLAN DE AQUELARRE, RODEADO POR DOS ALUMNOS. EL DE LA IZQUIERDA ES EL LANGRENAO ADOLFO Y EL DE LA DERECHA EL GIJONÉS ANTONIO SEGURA
Precisamente, principia el libro de Comentarios con varios textos y preguntas dedicados al Poema del Mio Cid (1140), seguidos de otros sobre el Romancero (fragmentos de romances, de tema cidiano): en uno de los cuales se escribe, como ejemplo de la infamia, lo siguiente: “ser matado por villanos de las Asturias, es decir, siervos de los godos que habían perdurado en Asturias  como labradores de menor derecho”.

En aquellos comentarios se preguntaba sobre el “mester de juglaría”, de retratos de juglares y clérigos, de la versificación del Poema, la etimología de “ojo” (oculum) y rey (regem), de la interrelación entre leyenda e historia, y también sobre el siguiente texto de Menéndez Pidal, el gran nacionalizador de la literatura hispana: “En momentos históricos de profunda evolución inicia la hegemonía castellana sobre otros reinos hispánicos y afirma la prevalencia de la Cristiandad ante el Islam”. 

Dicho lo cual y de aquel tiempo, también diré que habiendo sido examinado en el curso de preuniversitario en la Universidad de Oviedo (calle San Francisco), a principios de junio de 1965, la prueba de Literatura versó sobre el poeta social y comunista Blas de Otero, previa disertación introductoria a cargo del Profesor Alarcos. 

CLAUSURADE LAS MONJAS DEL CONVENTO SORIANO DE LA INMACULADA DE AGUEDA
Las gestas y literaturas, importantes en un tiempo pasado, me las hizo recordar –como dije- hace unos meses el libro de Mainer, y sobre ellas nada vi ni oí en los tiempos presentes: el Cid, vasallo rebelde, matamoros como el matamoros Santiago, Patrón de España, y estrechamente vinculado (el Campeador)  a los orígenes del reino castellano, parecían no interesar ahora. En éstas estaba, leyendo y releyendo el Poema cidiano, en el libro editado por la Colección Austral, edición la vigésima quinta, cuando a primeros de septiembre, en un suplemento dominical, Pérez-Reverte anuncia su libro SIDI (el Cid en árabe), sorprendiéndome mucho. 


Del “Cantar del Mío Cid”, muchos comentarios se pueden hacer. Sólo quiero resaltar uno que me parece fundamental, entre otros muchas sugerentes: es el muy interesante episodio del maltrato físico sufrido por las hijas del Cid, a manos de los cobardes Infantes de Carrión. Una prueba de algo muy actual: los varones maltratadores de hembras, acaso muy cobardes,  acaso con síndromes de impotencias. 

A Medinaceli llegamos, en expedición, los ya universitarios, componentes de los llamados “Itinerarios Históricos”, bajo la dirección del Catedrático de Historia del Derecho, don Ignacio de la Concha, muy intravagante y extravagante. Allí llegamos   de los sorianos Picos de Urbión, viendo nacer al mismo “padre  Duero”, y en tránsito al cementerio de Salamanca, para llorar ante el humilde nicho (todos los nichos son humildes), que contiene los restos de don Miguel (Unamuno).  

En Medinaceli, patria del juglar de gesta, anónimo, autor del “Poema del Cid, disertó don Ignacio de la Concha sobre “abates” y clérigos (el Abate Pedro fue sólo copista del texto anónimo). Recuerdo ahora que en la Historia de la Literatura española hay dos “abates” destacados: el Abate Pedro, el del Cid,  y el Abate Pirracas, el de Valle Inclán. 

Con nombre de esposa del Cid, doña Jimena, se denominó a los Institutos Femeninos, como el de Gijón. Y del Instituto Femenino de Oviedo, del capitalino, destaco al Catedrático, don José María Roca Franquesa, el cual, junto a don Emiliano Díez-Echarri, escribieron una gruesa “Historia de la Literatura Española e Hispanoamericana, editada por Aguilar en 1960, de 1590 páginas. Dicho libro fue texto obligatorio en la Licenciatura de Filosofía y Letras, en Oviedo; estudiantes de la tal, lo recibían (el libro) en préstamo en la Biblioteca Pública, que estaba en el Palacio, hoy sede del RIDEA, en la Plaza de Porlier. 

De esa Historia, la de Diez-Echarri y Roca, nada se escribe en la Historia de  Mainer; por eso yo protesto. Al Profesor Roca, enjuto y con quevedos de gafas,  muchas veces vi descender por la calle Quintana hacia su casa, en esa misma calle, situada entre la Carpintería “Soto” y el almacén de materiales de construcción de los Del Valle. Por cierto que en el piso 1º -Roca vivía en el 3º- del mismo inmueble vivía otro catalán, éste de Vich, muy culto, vendedor de artículos de confitería (Articonfit), que se apellidaba Punset. 

Y recuerdo, para finalizar, al comunista Blas de Otero, que tanto susto académico provocó en los años sesenta y que en los ochenta permitió disfrutar a su obra,  editada por Cátedra, titulada “Verso y Prosa”. Don Blas miró en el “Espejo de España” y vio a España, dejando escrito: “El Toboso, Criptana. Veo una mancha, lejos. Lanza y rocín, en sueños avanzan. Oh espejo  de España. 


Fdo. ÁNGEL AZNAREZ

Magistrado del TSJ de Asturias.

DE ÁNGEL AZNÁREZ A LOS LECTORES DE "LAS MIL CARAS"

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Foto de Luismi Murias
Estando en el presente, pienso en el futuro, no interesándome el pasado.  En pocos días, por imperativo legal, dejaré mi actual profesión de Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Principado de Asturias. También, en pocos días, esta vez por imperativo moral, comenzaré una nueva etapa profesional.
Fui muchas cosas: Fiscal, Notario, Presidente del Jurado de Expropiación, Magistrado, etc. Un reto novedoso me espera, respetando, naturalmente, todas las obligaciones contraídas en los anteriores cargos, entre ellos el secreto profesional. De lo nuevo, ya escribiremos más adelante. 
Me siento como se deben de “sentir” esos locales de negocio, en los que hay un cartel o letrero que anuncia: “SE TRASPASA POR JUBILACIÓN”
Ahora diré que, espoleado por un autor de ficciones, apellidado Pérez, he escrito un artículo que hoy se publicó en un periódico.  Al igual que en el resto de mi escritura, una serie de personajes, más o menos conocidos,  se pasean por mi tablero como el de ajedrez y que "Las mil mil caras de mi ciudad" me pidió permiso para reproducirlo. Ahí lo tienen.
Y anuncio una vuelta a lo literario (si así se puede llamar lo que escribo), en el momento de recuperar mi libertad de expresión, que estuvo muy limitada pasados años, por esa función excelsa y divina, que es la de declarar lo que es justo. 
Acompaño al texto de este anuncio –las del artículo será otras- la de un personaje: Santiago, el matamoros y Patrón de España. La foto del “Arco de Santiago” está realizada en la localidad de Valderas, ya en los llamados “Campos góticos”, que, como tantas otras localidades de Castilla y León, fue frontera en la Reconquista y más tarde, lugar de estancia de la importante Orden Militar de Santiago.  

Fdo. Ángel Aznarez

"CIUDADANOS JURADOS", artículo de ÁNGEL AZNÁREZ, publicado en el diario "LA NUEVA ESPAÑA" (24/11/2019)

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Los jueces deben ser modestos

                                   (Marc Trèvidic, juez francés)

El 9 de octubre último se cumplió –así se recordó- el veinte aniversario de la muerte violenta, por apuñalamiento, de la joven Rocío Wanninkhof. Sabido es que por error del órgano juzgador, un Tribunal del Jurado, de la Audiencia Provincial de Málaga, Dolores Vázquez Mosquera, siendo inocente, fue condenada como autora del asesinato de la joven Rocío y privada de la libertad durante 17 meses. El autor del asesinato fue, por el contrario, un tal Tony A. King, condenado en Diciembre de 2006, por aquella muerte, a la pena de 19 años, también por un Tribunal del Jurado.  


La Sentencia condenatoria, dictada en primera instancia, fue apelada ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que decretó la anulación de la Sentencia y del veredicto del Jurado, ordenando la repetición del juicio. Recurrida en casación, el Tribunal Supremo desestimó el recurso, siendo interesante el dato de que la Sentencia última contó con el voto particular contrario, el del Magistrado, progresista y excelente, don José Antonio Martín Pallín, calificando “de innecesaria” la anulación de la Sentencia del Jurado. 
Y ahora pregunto: ¿Será siempre progresista defender al Jurado Popular y procurar no anular sus decisiones, para que no se diga que se está en contra de este sistema de Administración de Justicia?
El traumatismo del error judicial y el amplio eco del mismo afectaron de manera directa y particular al crédito de una forma de Justicia en la que participan en su Administración los llamados “ciudadanos jurados”, tal como se escribe en la Exposición de Motivos de la Ley 5/1995, de 22 de mayo. Sobre la conveniencia o no de la existencia de un Tribunal del Jurado, caben todas las opiniones, si bien los negacionistas “chocan” con el artículo 125 de la Constitución española, al disponer que “los ciudadanos podrán participar en la Administración de Justicia  mediante la institución del Jurado”. Ciertamente que muchas mejoras se podrán realizar a la actual Ley de 1995, vía Ley orgánica, pero, además, debería tenerse en cuenta –grave problema- la facilidad de “contaminación” del “Colegio de Jurados” por las campañas mediáticas y los “juicios paralelos”, que atentan contra la imparcialidad, que ha de estar exenta de pre-juicios, de los miembros del Jurado. Ahora sabemos que en la condena equivocada a Dolores Vázquez, en aquel tiempo, influyó la morbosidad del denominado indebidamente “respetable público”, por la relación afectiva que existió entre la condenada y la madre de la joven asesinada, Alicia Hornos; un público que tiene con frecuencia dañinas pulsiones autoritarias. E influencia, dicho sea para evitar hipocresías, que condiciona a jueces legos en Derecho (jurados) y también a los profesionales juristas (a todos, no sólo a unos).
   

En España es muy complicado el Juicio del Jurado, ya que éste se  estructura en una más que discutible división entre lo fáctico(“hechos”) y lo jurídico, siendo la motivación fáctica de los Jurados a través del veredicto (los jurados votan sobre los hechos)  y siendo la motivación jurídica del Magistrado-Presidente (de la Carrera judicial) en la sentencia. Este último ha de “meter” los hechos que le facilita el Jurado en la norma penal (subsunción), y que en los veredictos de culpabilidad, ha de señalar además la “prueba de cargo”, esencial para no condenar a inocentes y respetar la presunción de inocencia. Podemos concluir que de una disparidad de funciones (artículo 3 de la Ley 5/1995), se pasa por “la naturaleza de las cosas” (hecho y derecho indisociables) a una interdependencia o complementariedad de funciones entre el Jurado y el Magistrado. 
El Tribunal Superior de Andalucía comienza su Sentencia con una cuestión de apariencia formal y que no lo es: acerca de si en primer lugar habría de estudiar, tal como solicitó el Defensor, el motivo de la irracionalidad (o falta de pruebas) de la condena impuesta a Dolores Vázquez por el Tribunal del Jurado, o por el contrario, habría de estudiar, primeramente, el motivo de la existencia de quebrantamiento de normas y garantías procesales. La cuestión –ya lo dijimos- no es de forma, sino de fondo: Si el Tribunal apreciara lo primero (falta de pruebas) debería absolver a Dolores Vázquez, y si apreciara el quebrantamiento de normas y de garantías, sin pronunciarse sobre el fondo, debería decretar la celebración de un nuevo juicio, sin nada decir sobre condena o absolución. Y esto fue lo que acordó el Tribunal, rechazando la petición del Letrado de la Defensa. Sin discutir las razones importantes de la conveniencia legal de no alterar los órdenes de los motivos del recurso, tal como hizo el Tribunal, lo cierto es que fue más Pilatos y con lavado de manos. No entró en el análisis probatorio, de si las pruebas condenaban o no a Dolores Vázquez –he ahí el núcleo de la cuestión-. Decidió el Tribunal de la manera menos problemática para sí: repetir el juicio y no enfrentarse así (absolviéndola) a una opinión pública que quería a Dolores Vázquez condenada.  


El resto de la Sentencia de Apelación razona sobre la nulidad del veredicto, reprochando al Jurado que no hubiera expresado los motivos o razones concretas que le llevaron a la convicción de culpabilidad de Dolores, impidiendo “conocer las razones puntuales, concretas y exactas” (no bastando la referencias generales a pruebas testigos, documentales y periciales). Y razona sobre la nulidad, también declarada, de la Sentencia del Magistrado-Presidente, que aceptó “sin tocar” la previa motivación del Jurado.
El Tribunal Supremo en Sentencia cuyo Ponente fue el Magistrado don Perfecto Andrés Ibañez, autor del magnífico libro “Tercero en discordia, Jurisdicción y Juez del Estado Constitucional” (Trotta 2015), aceptó los razonamientos de la Sentencia de Apelación, por lo que se desestimó la casación, efectuando una exposición antológica de lo que debe ser la motivación de una sentencia penal, en especial, si es condenatoria; motivación a base de razonamientos. 
Llegados a este punto, muchas consideraciones se podrían hacer, partiendo de la base de que ni el Tribunal Superior andaluz ni el Supremo  declararon inocente a Dolores Vázquez (fue un juez unipersonal el que declaró extinguida su responsabilidad en un auto de sobreseimiento al descubrirse, en 2003, al verdadero asesino, sin repetir el juicio de Dolores Vázquez). Es el sistema de recursos una de las vías principales de detectación de errores en las sentencias, siendo colegiados –otra garantía- los órganos de la apelación (tres magistrados) y los de la casación (cinco magistrados). Además, el denominado “Magistrado-Presidente del Tribunal del Jurado ha de vigilar especialmente el veredicto del Jurado, que, si no lo juzga correcto, ha de devolverlo para que rectifique (artículo 63 de la LOTJ). Ha de ser un evitador de “trágalas”.


No hay cosa peor para un Jurado que el único/única profesional de la Carrera Judicial que está en el mismo sea unatolondrado o una atolondrada. En el caso de la condena a Dolores Vázquez, el Magistrado-Presidente “tragó” con la ilegal motivación fáctica del Jurado; no la devolvió a éste y la hizo suya en la motivación jurídica, de ahí la también su anulación. Debemos señalar que también la Defensa de Dolores Vázquez no estuvo a la altura debida, pues debió “avisar” al Juez de la mala motivación del Jurado, por afectar a derechos fundamentales de su clienta. Y también callo, y cuya palabra denunciadora no hubiese debido ser impedida. Es que el Tribunal del Jurado exige a los profesionales que intervienen una gran agudeza y rapidez de reflejos. 
Como siempre ocurre en las catástrofes, sean grandes o pequeñas, el resultado dañino –lo fue mucho para la inocente Dolores Vázquez- siempre es producto, no de un error, sino de una pluralidad de errores, desencadenados secuencialmente como por una satánica maldición.

Y si lo aquí tratado –el problema del error- es grave, igualmente es grave eso tan monstruoso que se dice y sin que nada pase al decir: “La inocencia es cara, y a veces, muy cara”. ¿Será verdad?
                                                                            
                                                                        FOTOS DEL AUTOR

EXPLICACIÓN DE ÁNGEL AZNÁREZ DE LAS FOTOGRAFÍAS QUE ILUSTRAN EL ARTÍCULO ANTERIOR

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“Rusia es una nación de mudos; algún hechicero, sin duda, ha transformado sesenta millones  de hombres en autómatas que esperan la varita mágica de otro encantador para renacer a la vida”. 

Me comunica doña Isabel Moro, titular de este blog, que varias personas le preguntaron por qué las fotografías que acompañan al artículo (“Ciudadanos Jurados”) no tienen, esta vez,  pie indicativo alguno. 
Partiendo de la intencionalidad en nada haber escrito para explicar las fotografías, una respuesta sobre el indicado silencio puede ser muy breve y otra -la aquí elegida- puede ser más extensa. A ello vamos.
Una de las posibilidades de internet, frente a los habituales medio de comunicación, es precisamente poder juntar letra (escritura) e imagen (fotografía), permitiendo así que se interrelacionen: la imagen expandiendo como racimos de bombas la comunicación que usa la palabra. Es como un perfume cuyo olor evoca y evoca una persona, un lugar, un suceso pasado. 
Será a cada lector a quien corresponderá, con absoluta libertad, establecer los parangones o similitudes entre lo que lee y lo que ve, abriéndose muchas posibilidades a nuevos entendimientos, que el autor del texto ni siquiera pergeñó. Y siempre con una idea: lo dibujado o lo tan bien llamado “imaginado” han de ser instrumento, literario, para el arte. 
MÚSICA EN "LA CASA DEL GOBERNADOR"EN LA CIUDAD DE YAROSLAVI
Habrá veces que el autor del texto considere que las fotografías han de explicarse y habrá, también veces, para no explicarlas. Tal vez –no lo sé- la tensión del drama de Dolores Vázquez, que es la espina dorsal de “Ciudadanos Jurados”, fue la determinante para no escribir en las imágenes: “a la palabra escrita, ha de seguir el silencio”, debí pensar. 
De especial interés son las fotos primera y cuarta, que remiten a un país fascinante: Rusia. 
Hay dos palabras que, por tener alas, vuelan: son las palabras viajes y libros. Unos sustantivos que pueden ser sujetos y también predicados: “los viajes son libros” y  “los libros son viajes”. Por un libro, en este mismo año, hice un viaje. El libro se titula “Cartas de Rusia” (Rusia en 1839) y está escrito por Astolphe Louis Léonor, marqués de Custine, hijo de la bella Delphine des Sabran, amante adultera y adulterada del gran Chateaubriand, el de las interminables Memorias de Ultratumba. 
El libro son cartas imaginarias sobre Rusia, la de 1839, de tiempos del zar Nicolás II, que comienza el viaje por Rusia en San Petersburgo y concluye en Moscú, viajando de una ciudad a otra, no por la impresionante y actual red fluvial, y de lagos o de mares, sino a través del terreno, de casa de postas en casa de postas y a través de caballerías. 
Lo mismo el libro es una descripción del zarismo que del estalinismo, siendo muy actuales las palabras del Marqués que encabezan entrecomillado este comentario. Hay en el libro páginas memorables sobre el gusto de los rusos por los desfiles militares, por la música, por su religión (la Iglesia Ortodoxa rusa) y su literatura, en especial, la veneración a su poeta Pushkin, el restaurador de la poesía eslava. Muy interesante el asunto de la descentralizada Religión Ortodoxa, a través de patriarcados, a diferencia de la centralizada Iglesia romana. 
Memorables son las descripciones sobre San Petersburgo, la de las “noches blancas”, una ciudad surgida del mar y rodeada de desiertos de agua, de tierras esponjosas, creada por Pedro el Grande y embellecida por Catalina II. Y al otro extremo, Moscú, o mejor, el Kremlin, que eso es Moscú, con su apoteosis de iglesias, catedrales (del Arcángel y de la Anunciación) y de muros de fortaleza. “El gobierno ruso es una monarquía absolutista, atemperada por el asesinato” es una definición visionaria del poder ruso desde ayer a hoy.
COMEDOR DEL PALACIO DE VERANO DE CATALINA II.
Y de ese libro surgió un viaje, que realice a mediados de este mismo año, yendo de San Petersburgo a Moscú, a través de barco navegando por ríos, el Svir, el Neva y el Volga, y por lagos, como el Onega y Ladoga, pasando por decenas de esclusas, yendo, con el barco,  de abajo a arriba. 
En zona suburbana de San Petersburgo se encuentra la residencia y palacio de veraneo, que se denomina Tsarskoie Sielo, y residencia que fue de Pedro I y de Catalina, prácticamente destruido con ocasión de la Revolución de 1917. Existen un total de 30 salas de visitas, entre las cuales hay un comedor, de cuyas paredes cuelga el cuadro, del cual se realizó la fotografía que aparece en primer lugar: Un pavo real blanco y abajo una oca igualmente blanca –ahora se acompaña una fotografía de la estancia completa, destacando una mesa de comedor dispuesta para eso, para comer-. El simbolismo del cuadro y la fotografía es inmenso, inmensidad derivada de la propia naturaleza del pavo real, animal muy altivo, pero ¡cuidado!: la altivez del pavo real desaparece, una vez extendida su cola, al dar la vuelta completa, momento en que desaparece la brillantez de la cola y deja ver su agujero para defecar. El revés de la cola del pavo es su culo. 
Más al Sur está la ciudad de Yaroslavi. El único museo se denomina “La Casa del Gobernador, que es de una mediocridad sobresaliente, como toda la ciudad, y allí colgado de una pared está el retrato de la mujer de la última fotografía. No es de ninguna manera una matrioshka rusa-, esas muñecas y muñequitas huecas y nuevas una detrás de otra. La fotografiada es una mujer del país, “pancha, gordita y plácida” y ya con prometedora papada. 
Y respecto a la otra foto, la de la Hija de la Caridad, con la toca de su tiempo y rezando, nada tiene que ver con Rusia. Esa foto fue realizada hace varios veranos, mientras residía y estudiaba en el denominado “Pazo de Mariñán”, sito en el municipio coruñés de Bergondo, y en cuya entrada reza eso tan falso que dice: “La nada aquí”, falso porque dentro hay mucho, no sólo gallegas camelias.  La fotografía de la monja, con su libro de rezos rojo, rezuma alejamientos y penitencias. Nada pinta una monja en un pazo, que es casa de obispos.
La última fotografía corresponde a un dibujo de un personaje literario, Sancho Panza, que es fundamental y que tanto y tan mal se ha escrito sobre él: es el personaje cuya realidad nada se corresponde con lo que respecto a él se ha teorizado. Cuando ello lo expliquemos, basándonos en lo que ocurre en el capítulo LXXIV de la Segunda Parte de El Quijote, tan mal entendido, diremos la procedencia del grabado.   

                                             ¡BUEN APETITO!
       

       

 

ÁNGEL AZNÁREZ RUBIO (1)

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(I), siendo ya costumbre,
propone al lector/lectora un juego,
que consiste en leer lo que se
escribe a continuación y lo que se leerá,
mañana domingo, en el extenso artículo de prensa. 

Tal comparación y análisis, con
pistas verdaderas y/o falsas, y como
un frutal ramo de cerezas, requerirá
paciencia y tiempo, cosas que los
lectores de hoy, tan efímeros, 
lo quieren escaso. 
No tienen ya tiempo y, apenas,
espacio. ¡Pobres! 
Y vayamos ya a lo nuestro: 
 La primera persona en salir en el
artículo de mañana es Vladimir Putin
y el último es Pío XII, Eugenio
y Pastor Angelicus. Entre ambos, tan
heterogéneos, el centro lo ocupan los
“ismos”: que si comunismo, que si nazismo,
que si cristianismo, que si catolicismo,
que si el comunismo es un cristianismo vuelto
loco, que si el nazismo fue una respuesta
desgraciada a la amenaza comunista, etc. 
El guión, es mucho más que un signo de
escritura; es como un jardín verde, muy
bizantino, a veces laberíntico, y lleno
de teselas que juntas hacen mosaicos variopintos.
Por ellos se pasea como por el hipódromo
de Constantinopla, allá a lo alto.
Al escribir de terrores revolucionarios,
surgen los gulags y los campos de
exterminios, todo muy apocalíptico como
es la literatura rusa (Alexander Pushkin
y Fiador M. Dostoyevski) y la música rusa
(Mussorgski y Rimsky-Korsakov), siempre en
torno, las letras y las músicas, a
personajes de oscuros manejos y de poderes
absolutos; personajes de antes y de ahora
–otra vez Putin, “Zar” y/o Stalin”-.
¿Y de la Iglesia qué, o mejor cuál: de
la Católica o de la Ortodoxa? Habida cuenta
que Rusia no es occidental sino eslava,
la Iglesia ha de ser la realmente rusa,
no la occidental sino la eslava. Esto no
lo entendió, rabiosamente, Juan Pablo II
que murió sin haber podido poner un pié
en Rusia (tampoco Benedicto XVI, no obstante
el prestigio de este Papa ante los Ortodoxos,
y por ahora tampoco Francisco, no obstante
las maniobras de los suyos, los jesuitas).    
J.F.Colosimo es un cristiano ortodoxo,
experto en eso tan interesante que es
la Teología Política, autor y editor,
y padre de Anastasia, otra teóloga
política y ortodoxa como su padre,
autora de un análisis o libro sobre
la blasfemia, delito teológico y político,
que los editores titularon Les bûchers
de la liberté en 2016.  
Si Anastasia escribió de Francia,
su padre lo hizo primero de USA
(“Dios es norteamericano” según dijo saber)
y luego de Rusia, la apocalíptica.
Más tarde, en 2018, editado por su
editorial (Du Cerf), escribió Colosimo
padre Aveuglements, religions, guerres,
civilisations.
En la inauguración de la denominada
“Iglesia o Catedral rusa de la Santa
Trinidad o de San Vladimiro”, en Paris
a finales de 2016, no pudo estar Putin,
por sus tejemanejes en Siria y Ucrania,
pero si estuvo el 30 de septiembre de
2019 en la Iglesia de San Sulpicio
de Paris, en el funeral de su amigo
Chirac, junto a Berenboim, que “musicó”
a Schubert con el piano. 
Y es que, para funerales religiosos,
no hay como los franceses, que son
laicos y que  comulgan en las
misas-funerales, tal como ex/presidente
Giscard, que en otro tiempo rechazó una
propuesta de Juan Pablo II para incluir
las raíces judeocristianas  en la
Constitución Europea. 
Es fascinante contemplar en YouTube
el funeral de Chirac: toda una lección
práctica de Teología Política.
(Las fotos son también propiedad del
autor, de conformidad con lo dispuesto
en el número 1, letra h) del artículo 10
de la Ley de Propiedad Intelectual) 


(I).- Ángel Aznárez Rubio, antes fue
muchas “cosas” jurídicas (tiempos pasados
de fiscal, notario y el magistrado) y
ahora también, muchas “cosas”
(Letrado en el Colegio de Abogados
de Gijón (Calle Moros, 3º, teléfono 655572017)
y arbitro. Una dedicación, como escribiera
don Salvador Madariaga: “Haciendo
que disminuyan  los pleitos, que es lo que
debe desear toda persona amante de la
Justicia”.
Fdo. Ángel Aznárez.  

   

"LA LLAMADA CONVERSIÓN AL CATOLICISMO DE RUSIA", artículo de ÁNGEL AZNÁREZ (publicado en "LA NUEVA ESPAÑA, 29/12/2019)

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Toda cultura es primeramente un culto
(J.F.Colosimo)


El Putin, monarca absoluto, unas veces “Zar” y otras “Stalin”, y el putinismo, apocalíptico
como todo lo ruso: lo político, lo literario y lo musical, deberían ser mayor objeto de atención
por Occidente, ahora que algunos, no precisamente nostálgicos, quieren revivir aquí en España
episodios revolucionarios de allí (el 1917, año de la Revolución bolchevique), con gran ayuda
de los siempre imprescindibles atolondrados, babosos y agarbanzados. 
TRONO DE ZAR
A nuestro efecto, comencemos recordando lo ocurrido en el año 2016. A finales de dicho año,
se inauguró en Paris, al lado del Sena, la Iglesia rusa dedicada a la Santísima Trinidad, también
llamada la Catedral de San Vladimir, que fue construida con dinero del Kremlin de Putin. Fue bendecida
en diciembre de aquel año por Cirilo I, Patriarca ortodoxo de “Moscú y de toda Rusia”. Tal Iglesia
o Catedral, con las tradicionales cúpulas “encebolladas” o bulbos dorados, símbolos de la unión
de los cielos y de la tierra, reveló la conexión actual entre la Iglesia ortodoxa y el poder político
(Kremlin), y recordó el fracaso estrepitoso, a largo plazo, de la Revolución comunista, impulsada
por Lenin y al que siguió el feroz Stalin, que quisieron borrar del mapa el poderoso sentimiento
religioso de los rusos, y, naturalmente, su Iglesia eslava, la Patriarcal de la Santa Rusia. A dicho efecto
todo valió, desde el terror hasta al exterminio.
CÚPULAS VERDES DE UNA IGLESIA DE MOSCÚ
El actual maridaje entre la Política y la Religión, entre Putin y la Iglesia rusa, es una continuación en
la Historia eslavo-rusa, nada occidental no obstante las importantes raíces cristianas de Rusia, y
únicamente interrumpida por el revolucionario leninismo y posterior estalinismo. Es la “nueva catedral”
el testimonio manifiesto de aquel fracaso revolucionario, puestos los dineros para su erección
precisamente por antiguos comunistas como Putín. Que se haya construido en Francia es por la razón
fundamental de que el pueblo francés  es el más rusófilo de Europa, según declaró Vladimir Fédorovski,
autor del Diccionario amoroso de San Pétersburgo. La actual Secretaria de la Academia francesa,
Hélène Carrère, es hija de aristócratas georgianos. 
Muy poco sabemos los cristianos de Occidente (católicos) de la riqueza teológica, teológico-política y
litúrgica, de la Ortodoxia oriental, de origen bizantino, dividida en patriarcados autónomos frente al
unitarismo de Roma (el Papado). El Vaticano, al margen de proclamas ecuménicas y por aquello de
que la Católica es la única Religión verdadera –eso lo repitió con toda solemnidad Benedicto XVI- ha
estado siempre interesado en que los católicos de Occidente den la espalda a la Ortodoxia, de origen bizantino. 
RECUERDOS DE UN NOSTÁLGICO SOVIÉTICO
En primer lugar, se destaca que nada tiene que ver la concepción católica y la ortodoxa sobre las
relaciones Iglesia y Estado (la denominada “sinfonía bizantina” en la Ortodoxia). Las interrelaciones
entre la Iglesia y el Poder, allí en Rusia, nada tienen que ver con las del Occidente separador-.
En segundo lugar, es llamativo que la actual entente entre el jerarca y espía ruso (Putin), antes
comunista, y la Iglesia rusa se produzca, después de una persecución religiosa, de carácter
radical: los mismos que antes hicieron todo lo posible tratando de acabar con la Iglesia, ahora
edifican catedrales y restauran monasterios, haciendo así alardes de recuperación del antiguo
imperio zarista o ruso.   
Jean-François Colosimo, teólogo ortodoxo, profesor de Patrología y editor, publicó en el año 2008
un libro que tituló  La Apocalipsis de Rusia. Dios en el país de Dostoievski. En dicho libro se describe
la rabiosa persecución comunista a la Iglesia rusa (Rusia convertida en la URSS), que buscó su
desaparición, --de 1917 a 1941 fueron cientos (600) de obispos los desaparecidos, miles los
sacerdotes, monjes y monjas asesinados (180.000) y destruidos 75.000 lugares de culto--. 
También J.F. Colosimo analiza lo genuino de aquella iglesia que fue redimida por el sufrimiento,
en los gulags y en los campos de exterminio, bien descritos por Solzhenitsyn, al que majaderos
de la cultura europea calificaron de traidor en los años setenta (recuerdo un artículo de Umbral
de completa majadería). Llega a afirmar el teólogo ortodoxo que “Cristo bajo a los infiernos,
pero que no fue vencido por Satanás”; y como casi siempre ocurre –añadió- se quiso también
en Rusia, sustituir la religión tradicional por otra religión, ésta laicista: el mesianismo ateo y
materialista, que también tuvo un santo y una  momia, la de Lenin, que ahora sólo miran despistados
chinos en la que fue Plaza Roja de Moscú.    
Quien ahora viaje a Rusia, podrá comprobar los continuos trabajos, pagados con dinero público,
de restauración de iglesias y monasterios, diezmados por los revolucionarios. Es impresionante ver
en Rusia cómo los murales y frescos religiosos fueron ocultados y tapados con masas y cementos,
con mucha saña, y es llamativo que, mientras en Occidente se están ahora cerrando iglesias y

conventos/monasterios, en Rusia, también ahora, se estén abriendo. Y Colosimo concluye: “Nadie

vivió lo que vivió la Iglesia Rusa. Y el infierno no ganó, no siendo comparables, por ser de mucha menor

intensidad, las persecuciones a las Iglesias católicas, las llamadas del silencio, en los países del  Este

de Europa”. 
Es sabido que en la caída estrepitosa del comunismo en Rusia tuvo importancia la acción del Papa

Juan Pablo II, junto a Reagan, Gorvachov y otros. Pero nada o muy poco sabemos de las relaciones

entre la Iglesia Católica y la Ortodoxa rusa. Se ha llegado a afirmar que la revolución bolchevique de

1917, derrocando al Imperio zarista de los Romanov, protectores de “su” Iglesia, fue bien visto por el

Papa Benedicto XV, en la idea, equivocada, de que la caída del zarismo, iba a permitir una penetración

del catolicismo, vetado por la Ortodoxia rusa. 
Y aquí surgen las figuras destacadas, de Pío XI primero, que publicó una dura Carta Encíclica contra el

Comunismo ateo, denominada Divina Redemptoris, fechada el 19 de marzo de 1937, y después de su

Secretario de Estado, Pío XII, que el 23 de junio de 1949 excomulgó a los comunistas italianos “por ser

intrínsecamente perversos”. En alocuciones radiofónicas y en documentos se destaca la obsesión del

papa Eugenio Pacelli por lo bolchevique, muy beligerante contra el comunismo y muy callado contra

el nazismo.  
LA ESTRELLA ROJA EN OBRAS DE RESTAURACIÓN
Recientemente el historiador inglés Tom Holland ha señalado que lo opuesto al cristianismo es más

el nazismo que el comunismo, repudiando aquél los fundamentos mismos del cristianismo, y siendo el

Comunismo, según Chesterton, una idea cristiana enloquecida. De ahí que tantos cristianos hayan sido

seducidos por el Comunismo, abundando en ellos toda suerte de pájaras mentales. No se puede omitir

el dato de que muchos dirigentes bolcheviques fueron, precisamente,  de origen judío. 
Las Avemarías rezadas por los escolares del nacional-catolicismo español, bachilleres y bachilleras,

fueron muchas y muchas para la conversión de Rusia, sazonadas con apariciones a pastorcillos y

secretos que se decían vinculados a la “salvación de Rusia”, que sería, según Pío XII, católica, una vez

vencido el comunismo. Eso no fue así, pues derrotado el comunismo Rusia volvió a ser lo de

siempre: de su Iglesia Ortodoxa, la de Rusia. El  caso es que el Papa, ahora mismo, sigue sin poder

poner un pie en la Santa Rusia.   
Muchas preguntas pueden hacerse aquí: ¿Fue más un ensueño y un deseo sin base alguna?

¿Fue un error de cálculo, como otros errores de cálculo, que cometió Pio XII? ¿Fue una ignorancia

referente a un país de raíces muy cristianas, escasamente católico? No dudando de la sinceridad papal,

la explicación habrá de encontrarse en la situación misma de la Iglesia rusa, en los años cuarenta y

cincuenta del pasado siglo: La persecución bolchevique a la Iglesia rusa fue de tal intensidad, ansió

tanto su aniquilamiento, que lo consiguió; fue reducida a la nada, y, prácticamente, dejó de existir.

 Y aquella nada fue lo que vio, equivocadamente,  el Vaticano y Pio XII. Otro mayúsculo error.  


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EL PRÓXIMO DOMINGO...

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El próximo domingo, Angel Aznárez, ya ex de importantes profesiones jurídicas, propone a los lectores y lectoras, unas reflexiones sobre tres casualidades, que no son causalidades.
        
No hay motivo para asustarse ante posibles divagaciones filosóficas que alejen a los lectores no “rebuscados”: en el texto propuesto a leer el próximo domingo, no se contiene teoría alguna de la casualidad, o sea, acerca de si los hechos considerados casuales son tales, o si por el contrario, son inconscientemente causales.
         Tres casualidades, tres, que podrán interesar.
La primera es muy subjetiva que afecta de manera directa, muy personal, al firmante del artículo anunciado y de esta nota, y que está relacionada (la casualidad) con una desaparición: un puño que desaparece al extender la mano (mire el lector su mano izquierda, ciérrela ahora y verá un puño; abra la mano, luego, y el puño habrá desaparecido).
La segunda casualidad está relacionada con la página de un periódico, editado allá por los años noventa del pasado siglo, y en cuya página se copian las solemnes palabras de un discurso de una sapientísima mujer, dando la bienvenida a un cardenal, hijo de una víctima de la terrible SOAH.


La tercera casualidad la protagonizan las letras, letras de literatura y letras de periodismo, que, ciertamente, son diferentes. Es de apestar el tratar de rellenar insignificante curriculum vitae, añadiendo un improcedente e indebido escritor (¡soy escritor!) por mal escribir unas líneas en un periódico. Y en la casualidad correspondiente se escribe de un literato y de periodista español, de gran talla.
No podemos, y lo dejaremos para más adelante, profundizar en eso tan interesante que es “caer en la verdad por puro azar” o del cada vez mayor e importante papel de lo fortuito e imprevisible –lo casual- en la vida de las personas.
CALZAS DE OBISPILLO
Y concluimos “cargando” contra Google, habiendo empezado el artículo “cargando” contra Amazon.
Las tres fotografías corresponden a tres hechos casuales.
                   

ARTÍCULO DE ÁNGEL AZNÁREZ, publicado en el diario "LA NUEVA ESPAÑA"

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CASUALIDADES


En una novela de detectives leí, hace ya muchos años, esta descripción: <Desapareció como desaparece un puño cuando se abre la mano>.
David Huerta, El vaso de tiempo.


Es ingenio de vendedora de libros –en este caso de doña Concha Quirós, de la Librería Cervantes de Oviedo- dedicar una mesa entera a exponer ediciones de libros con ilustraciones en formato miniatura, que son rarezas o joyas preciosas a disposición de lectores. Eso, tan exclusivo, jamás lo podrán ofrecer las distribuidoras, mastodontes gigantes, como Amazón, que, además no pagan impuestos. El último 22 de enero adquirí el “librito” de David Huerta, titulado El vaso de tiempo, y el de Armand Silvestre, titulado Moscú


"No cayó el árbol -pregunto- por casualidad o por causalidad"
Fue muy interesante y sorprendente reflexionar –primera casualidad- sobre la cita de David Huerta arriba trascrita, ya que, después de más de cuarenta y cinco años de ejercicio profesional del Derecho y de más de treinta ocho de ejercicio público en Asturias, decidí acabar con la centralidad de lo jurídico en mi vida y “abrir el puño”. Son normales las resistencias ante tal acabose, desatándose celos y despechos para no moverse el Derecho de posición tan privilegiada. La melancolía va y viene, en secuencias regulares como el día y la noche; los fantasmas grises (o fantasías), transparentes y siempre embaucadores, cuentan cuentos de mejor no escuchar. Y ello –lo confieso- siendo persona aficionada a mudanzas precisamente en tiempos de tribulación. 


El Estado, que ya me pagó en los últimos años, ahora me pide que realice actos únicamente de forma gratuita (“gratuita causa”), sin contraprestación, si deseo seguir cobrando de él, o sea, ahora la pensión de jubilación. Digo que me parece muy bien; de esa manera, por Ley de Estado aconfesional –la de la Seguridad Social- tendré ocasión de cumplir con la Doctrina Social de la Iglesia Católica en la versión del emérito Papa Benedicto: practicar la economía del don y de la donación para ir al Paraíso, tal como se proclama en los encíclicas Deus caritas est y Caritas in veritate. Así como las etapas anteriores, jurídicas, fueron las del officiumet beneficium, la de ahora, más elegante, ha de ser consecuencia de un principio ético: “porque te ha sido dado, da tú a su vez”.


Arrinconé ya el Derecho y tuve en cuenta el rechazo por naturaleza a los vacíos físicos y psíquicos. Valery, que inicia su Cementerio Marino con el ¡No desees, alma mía, vida inmortal! ya había señalado que “El hombre es acción o no es nada”. Por eso, coloqué en su lugar lo que durante años quise trabajar y lo hice con dificultad: escribir sobre temas variados, entre otros, de Religión y de Política, y de Filosofía.


PIE DE SANTO
Dado mi interés por todo lo bizantino y de Byzancio, luego también de la Iglesia Ortodoxa y de Rusia, busqué en mi archivo particular –jamás copio o re/copio lo que ya está en la Red- información sobre Hélène Carrère d´Encausse, que es la mujer que, en Francia, más sabe de Rusia, y habiéndose publicado en España, en 2016, su libro Seis años que cambiaron el mundo1985-1991 sobre la caída del Imperio soviético. Y surgió la segunda casualidad de este artículo, pues en mi archivo encontré la página 15 del diario Le Monde, del sábado 16 de marzo de 1996 (“Horizons-Document”), que contiene el texto excepcional del discurso pronunciado por Hélène Carrère, con ocasión del ingreso y recepción en la Academia francesa del Cardenal Lustiger, Arzobispo de Paris. 


Pensando en el judío Aron, luego Cardenal de la Iglesia de Roma, una vez leído tal discurso de ingreso, me olvidé de Rusia. Y es que varias cosas, desde los años ochenta del pasado siglo me fascinaron del judío Cardenal, siendo principal la siguiente: la peripecia vital del Cardenal, hizo desaparecer en mí el anti/judaísmo con el que fui educado en un colegio de frailes: un cristianismo, el catolicismo, esencialmente antijudío. Por el judío Cardenal –repito- dejé de ser antisemita. Y más tarde me horrorizó ver como, poco a poco, ya en los años 2000, un cáncer mortal acabó con su voz, impidiéndole seguir pronunciando sermones y predicaciones –nunca escribió un libro, limitándose a recopilar sermones-. La publicación en España de La llamada de Dios (Ed. Planeta) es un conjunto de entrevistas en forma de libro. 


El cáncer mortal quitó a Lustiger, poco a poco, lo que más valoraba: la predicación, la voz y la palabra. Volví a pensar en él con ocasión del incendio de Nôtre Dame de Paris en la última primavera, y me pregunté: ¿Se habrá también quemado la cripta en la que reposan sus restos, junto con los de otros? Qué interesante –pensé- sería eso de “desaparecer como cuando desaparece el puño de la mano”, primero haciéndose polvo la carne que fue humana, y luego quemándose los polvos reducidos de aquélla. 


CUERPO DE CRISTO
En la parte final de su discurso, Hélêne Carrère leyó lo siguiente: “Convertido al cristianismo, no habéis cesado, monseñor Cardenal, de ser judío…Para vosotros la Biblia se prolonga y recibe la plenitud de su sentido en el Nuevo Testamento”. Y más adelante afirmaría, recordando que en 1968 Lustiger era predicador (aumônier) de La Sorbona, el siguiente concepto nuclear: “Una de las grandes adquisiciones de la explosión de 1968 habrá sido el cuestionamiento de las ideologías y de sus postulados, de la idea cándida de una historia cuyo progreso ininterrumpido moldearía un mundo nuevo y un hombre nuevo”. Quienes ahora tartamudean progresismos no saben de qué hablan. 


Durante un tiempo busqué, sin encontrarlo, el único texto literario, de no ficción, del escritor ruso Fiodor M. Dostoyevski, que se tituló Diario de un escritor (1861-1881). Finalmente, rastreando por El Fontán, en mañana de domingo, encontré el tomo III de las Obras Completas del escritor, en la 6ª edición de Aguilar, fechada en Madrid el año 1958. Surgió así la tercera casualidad, que consistió en advertir que el traductor y prologuista del Diario de un escritor,fue un periodista, el periodista Rafael Cansinos Assens, un sevillano nacido en 1882 y depurado por Franco.


Rafael Cansinos me sedujo cuando a finales del pasado siglo leí La novela de un literato, varios libros editados por Alianza. Descubrí que no sólo era un malabarista de palabras –suyas son expresiones tales como “oposculitos”, “vieja bruja sacristanesca”, “barbas fluviales” y “ojos saltones de mujercita incipiente”- sino también un excepcional periodista, que, en el Prólogo a la obra de Dostoyevski, formuló toda una teoría del periodismo, válida aún hoy, si no fuera por Internet. Y es que Dostoyevski no sólo fue un gran escritor sino también un gran periodista: un narrador de acontecimientos volanderos y de “nimios” hechos cotidianos, y prestando atención a lo que el público buscaba, que era la noticia junto a su interpretación y/o valoración. Así, en su Crónica de 14 de abril de 1931, se puede leer: “”En el Palacio Real, unos jóvenes, con escarapelas rojas en la solapa, han colocado un cartel que dice: “Pueblo, respeta este edificio que es tuyo”. Sí –murmura a mi lado un poeta bohemio-, pero si esta noche no tienes dos pesetas, duermes al raso…””.


De Rafael Cansinos es la distinción entre el verdadero periodista, que es el que contempla los hechos con una perspectiva histórica, anticipándose al proceso de su “gravidez” y el simple periodista, que es un “mero anotador del suceso; un escribano de la actualidad, sin lontananzas ni horizontes”. También de él es la siguiente afirmación que suena de actualidad: “Cada periódico es fuerte en la medida en que es leído” (repárese en la importancia de “leído” que nada tiene que ver con el únicamente “ojeado” de ahora). 
Pudiera ser que el concepto de periodismo de Cansinos ya no interese en el siglo XXI, pues el periodismo de este siglo es eso tan plano que se limita a tener algún titular y muchas fotografías, muchas, quedando convertidos los periódicos en meros “selfies” de caras tontas. A eso majaderos llaman “el futuro”.
Las grandes empresas privadas norteamericanas, como Google o Facebook y las demás del imperialismo numérico norteamericano, ya se encargaron de “moldear” los gustos de los lectores, antes de prensa, para demandar sólo eso: titulares y muchas fotos; todo inconsistente, volandero y volátil. 
Para eso no hacen falta periodistas --me entero por J. L. Cavadá que Google news no tiene periodista en su plantilla de trabajadores--. 

FOTOS DEL AUTOR


"LA CUARTA CASUALIDAD O EL BOSQUE ANIMADO " por ÁNGEL AZNÁREZ

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                El domingo último, dos de febrero, se publicó en la página 26 (página entera) el artículo Causalidades, que también ya está en archivo de este “blog”, a disposición de los lectores.
Formando parte del mismo y a modo de ilustración añadida, figura en La Nueva Españala fotografía que se vuelve a adjuntar aquí, con el siguiente pie: “”Escultura “Naturaleza”, de Benjamín Menéndez, instalada en el Campoo de San Francisco  y retirada el año pasado, al talarse el árbol para la que se había diseñado””.
Leído tal texto, el abajo firmante del presente, del artículo Casualidades y de la realización fotográfica, AngelAznárez Rubio, resultó muy sorprendido, pues aquella fotografía la hizo hacía ya un par de años, al pasearse por el llamado Campo. Pensó entonces que la colocación de las piedras, para apoyo del árbol en posición de caída y en evitación de ésta, había sido una genialidad del jardinero encargado del amplio jardín. Esa fotografía pasó, junto a otras, al archivo del autor, y allí se guardó hasta ahora.
Con ocasión del título Casualidades busqué en tal archivo fotografías que pudieran “tener relación” (lo fotografiado) con el título indicado. Y en esa búsqueda apareció la fotografía, juzgándola muy interesante, sin saber, naturalmente, que era una escultura (lo supe –repito- por el periódico).
ESCULTURA "NATURALEZA" de BENJAMÍN MENÉNDEZ
La inmediata duda, de si la fotografía de la “escultura”, sin indicación de su autor o creador de la obra artística, podía vulnerar los derechos de la llamada “Propiedad Intelectual”, quedó despejada, pues tuve en cuenta que el artículo 35 de la normativa de 1996 expresamente lo permite, lo cual es un límite a los derechos del escultor y/o creador.  Incidentalmente señalo que la llamada “Propiedad Intelectual”, en cuanto propiedad especial –o especialísima- por ser de un objeto tan sublime cual es la creación literaria, artística o científica, ha sido durante años objeto de especial análisis teórico y práctico (en cuanto Notario) por mí.
Me puse en contacto, vía teléfono, con don Benjamín Menéndez, para felicitarle sobre el ingenio de jardinería, convertido en escultura. Me manifestó que, en el Campo de San Francisco de Oviedo, tenía otra obra, a la que corresponde la segunda fotografía adjunta. Fue en la tarde de ayer, día 7, cuando hice tal fotografía, desplazándome a Oviedo, a ese único fin.
FOTO REALIZADA POR EL AUTOR EN OVIEDO
Quien contemple -ahora las dos fotografías-, en particular la primera, podrá llegar a descubrir, subjetivamente, aspectos muy interesantes, de llamar mucho la atención. No debo interferir en esa labor de contemplación, simplemente debo de ayudar, y a ese efecto señalo:
Normalmente, al realizar la fotografía, en ese momento, se tiene la certeza, sin entrar en detalles, de que algo importante es fotografiado. Y nada más.
Es más tarde, cuando se aprecian detalles “nunca vistos” antes. Señalemos a modo de ejemplo, una especial TERNURA en la “fría” piedra, apoyando al árbol que puede caer; es como atribuir sentimiento de vida en algo tan frío y material como una piedra. La “calidez” que dan las piedras se contrapone a la frialdad de los hierros en la segunda fotografía. Además, volviendo a la primera fotografía, el árbol, si bien no cae, sale de su espacio, invadiendo el de los humanos transeúntes, que, en la foto no están, pero que son los mismos que, por eso mismo, dejaron luego caer el árbol, retirando las piedras, para que pudieran pasar, seguros, los peatones. A eso se llamó talar.
¿Son fotografías de Casualidades o de Causalidades?

Recuerdo ahora un libro excepcional de un coruñés, apellidado Fernández Flórez y nombrado Wenceslao, titulado el libro El bosque animado. La memoria conduce las dos fotografías a dicho libro y el pensamiento elabora secuencias de árbol y de piedras blancas, protagonizando aventuras en un bosque de tanto encanto como el de W. Fernández Flórez.




ÁNGEL AZNÁREZ, "LO DEL ÚLTIMO DOMINGO Y LO DEL PRÓXIMO"

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 El domingo último, día 16, compré un libro, en cuyo prólogo se escribe:
El sistema locomotor, constituido por el sistema óseo, articulaciones y sistema muscular, proporciona al hombre características somáticas claves para definir su morfología, tales como talla, relación estatura-peso, aspecto morfológico, en la estática, en la marcha, en la dinámica, que permiten concretar  hábitos, el normal, el obeso y el delgado”. Y la cosa sigue sobre normales, gruesos y flacos.
"MERENGUES Y GLOTONERÍA CARNAVALESCA"
Se pudiera pensar que el que eso compra, tiene afición a eso que se llama “la medicina”, y que quiere saber. Pues no; no es así –lo siento-. De la medicina nada me interesa, excepto la medicina que “cura” a los locos, que es la misma que los vuelve más locos, y para siempre. 
Si añado que el título del libro es Enfermedades reumáticas y del aparato locomotor de grandes artistas, ya se da una pista: un libro muy bien editado, con obra fotografiada de grandes pintores, nacidos en la parte final del siglo XIX. De ahí, para mí, el interés del libro. Las mujeres, gordas, gordísimas, de Auguste Renoir, que padeció de una enfermedad reumática, son muy atractivas y que contradicen eso de que la gordura es fea, deforme y sin atractivo sexual. Las gordas y los gordos, que tanto ahora se pasean y hasta practican el footing, por jardines y paseos, tratando –imposible- bajar carnes, ya saben que pueden ser de guapura, aunque se alimenten de bollos industriales o de jocobolos. 
Un poeta asturiano escribió: “La locura divina del hombre, se abraza con pasión a una señora, gorda inmensa, de bellísimos ropajes, llamada Fantasía”. 

Precisamente el próximo artículo tiene de protagonistas a dos gordos, gordísimos; son franceses y gigantes, nacieron en el siglo XVI y aún viven. Para llegar a ellos hacemos un largo periplo, que parte de Rusia, de un gran literato ruso, y a través de un lingüista también ruso, llegamos a Díaz de Orosia, pintor contemporáneo, de muchos locos y locas, festejando los carnavales; fiestas de locos.
Recuerdo que estamos en el tiempo del Carnaval, o del “carni vale” o del adiós a la carne, a base precisamente de carne y manteca. Sobre ello, escribiremos el domingo, o sea mañana.
No puedo omitir la pena que me causa la muerte de George Steiner (“Los sabios también mueren”). Me impresionó al recordar en Un largo sábado, conversaciones con Laure Adler cómo su madre, según él, le obligaba a atar los cordones de los zapatos con una sola mano –la otra la tenía imposibilitada-. Para comprender la gran dificultad, de atar los cordones de los zapatos con una mano, basta intentarlo. 

"EL CARNAVAL DE ANTES Y EL DE AHORA", artículo de ÁNGEL AZNÁREZ publicado en el diario "LA NUEVA ESPAÑA" (23/2/2020)

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En llegando a la edad viril, casó (Grangaznate) con Gaznachona, hija del rey de los Parpallotes, hermosa moza y de agradable rostro. Y a mentido jugaban ambos a la bestia con dos espaldas, frotándose las grasas con mucho gusto, de modo que ella quedó preñada de un hermoso varón (Gargantúa) y lo llevó en sus entrañas hasta el onceno mes.
Rabelais, Gargantúa.

EL AUTOR

           Problemas de la Poéticade Dostoievski. Por haber nacido en 1895 y muerto en 1975, el autor de Problemasmalvivió las consecuencias del terror y de la represión en Rusia del régimen soviético, en forma de encarcelamientos y deportaciones en Kazajstan, antes y durante el mandato de Stalin, y así hasta su rehabilitación en el año 1967, ya en tiempos de Nikita Jrushchov.
Durante tiempo busqué estudios e interpretaciones sobre la obra de Dostoievski. Encontré, finalmente, a otro escritor ruso, Mijaíl M. Batjim, autor que fue de un texto excepcional, deslumbrante, que denominó

Batjim trató de desenmarañar, junto con otros lingüistas rusos de principios del siglo XX, eso tan enredado y misterioso consistente en que un conjunto de palabras, colocadas de cierta manera o forma, generen una obra de arte, una creación, una originalidad. La obra citada o “Problemas de la Poética de Dostoievski” --que fue publicada, en castellano, por la editorial mejicana Fondo de Cultura Económica en 1986 y escrita en ruso muchos años antes--, es importante ya que en ella hay un capítulo –el IV- especialmente interesante por tratar del “Género, el argumento y la estructura en las obras de Dostoievski”. En él se destacan por Batjim las raíces principales del genero novelesco en Europa: que denomina la epopeya o épica, la retórica y el carnaval o del folklore carnavalesco.

Batjim señaló la influencia determinante que tiene el carnaval, tan presente por estas fechas de febrero, sobre la literatura; de cómo las fiestas carnavalescas el elaboraron todo un sistema de lenguaje de formas simbólicas, concretas y sensibles, de comunicación en suma. Un asunto, el del carnaval, que no es de Antropología, de tanto interés para Caro Baroja, sino de Lingüística o de Teoría de la Literatura.

Hay, pues, en la obra de Batjim sobre Dostoievski toda una categoría general sobre los festejos del carnaval, que desarrollará más tarde en su otro libro La cultura popular  en la Edad Media y el Renacimiento --escrito en la etapa más represiva del comunismo soviético. Ese último libro tiene a Rabelais como héroe principal, siendo sus capítulos --precedidos de una introducción sobre el llamado “Planteamiento del problema”-- ilustrativos de tal protagonismo, todos los cuales (siete capítulos) son facetas de Rabelais en torno a temas carnavalescos, muy de la Edad Media y del Renacimiento, tales como el vocabulario peculiar, la risa popular que resulta de lo contemplado a los “poderosos”, las fiestas populares en plazas y calle con bufones, payasos y máscaras, la imagen grotesca de los cuerpos y lo llamado “inferior material y corporal” con todo tipo de desmesuras, gigantismos y de gorduras pantagruélicas, sus orificios y excrecencias.                                                                                                                                                                       
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             Por Lingüista preocupó a Mijaíl M. Batjim ese lenguaje nuevo y revelador de una cosmovisión carnavalesca –otro lenguaje--, donde se dice por el pueblo lo que nunca se atreve o no suele decir, pero que si lo dice una sola vez, es suficiente: “Lo esencial de la lengua es la realidad de lo que dice”. Es natural que Batjim haya escogido, para su investigación, a otro “lingüista” como F. Rabelais: un Rabelais que fue monje, cura, teólogo, espía, médico, gran lingüista y artista de la lengua francesa, de vida tumultuosa y misteriosa, cuyas obras, en especial Pantagruel (hijo) y Gargantúa (padre), ambos gigantes, fueron modelo de lo carnavalesco o lo excesivo, en un continuo deseo de un vivir alegre. Cervantes y Quevedo, aunque citados, están muy lejos de los fastos y valentías de Rabelais.

Se conjugan en torno a este francés del Renacimiento todos los tiempos de lo carnavalesco: un nuevo modo de relaciones entre toda la gente, en oposición a las relaciones jerárquicas, se mezcla lo sagrado con lo profano, también lo alto con lo bajo, y al sabio con el estúpido; un espectáculo en el que no hay escenario ni división entre actores y espectadores. Hay risas, que son propias de cuerdos y no de muy locos como se llegó a pensar, cuyo objeto son los poderes sociales, incluidos el eclesiástico y el civil, los de reyes y de papas, convertidos en payasos y bufones. Hay groserías, destacadas las blasfematorias, dirigidas a dioses y divinos.

En el Gargantúa se escribe “de la cañería del culo”, “de mascar mierda”, de la “dignidad de las braguetas”, que también forman parte del “cuerpo” --cuerpos  procreadores--, que es el otro componente, junto con el alma, de la realidad humana: ¡Somos animales y no queremos asumirlo! ¡Qué descubrimiento!  Y diferenció Batjim las fiestas oficiales protagonizadas por los representantes de las fuerzas dominantes, de las fiestas de cultura popular, del carnaval o subversivas, que “eran el triunfo de una liberación transitoria, más allá de la órbita de una concepción dominante, con la abolición provisional de relaciones jerárquicas, de privilegios, de reglas y de tabúes”.

El carnaval, en cuanto forma muy compleja, como señalase Batjim, presentó muchas variantes según las épocas (Edad Media, Renacimiento, Barroco). Y en el hoy, que es muy diferente al ayer, ha de destacarse la novedad del carácter democrático del poder político, ni teocrático ni estamental, que no obstante su carácter democrático y/o popular tiene dificultades para “sujetar” a otros poderes (el económico, por ejemplo), lo cual justificaría que el aspecto subversivo del carnaval se mantuviese. Bien debería hacerse un serio estudio que podría titularse: “El carnaval en tiempos de sociedad democrática”. Ésta, de carácter participativa y con pretensiones igualitarias, sigue estando, no obstante, relacionada y necesitada de lo carnavalesco frente al Poder.   

El actual, más que un verdadero carnaval, es una serie de disfraces o máscaras, sin contenido de reivindicación o de protesta, y sin cuestionar las bases “estamentales” y corporativas de la sociedad, dejando a los dominantes y a los dominados en sus sitios respectivos y mismos. Más aún, y prueba de lo anterior, es que, son las autoridades, con mucho rostro, –alcaldes y alcaldesas, y sus funcionarios- los que se ponen al frente, organizando ellas mismas los carnavales. No es extraño que en ese contexto, por ejemplo, las comparsas callen o se rían poco, por ejemplo, ante tanta mierda –palabra muy carnavalesca- como es la que rodea a nuestras ciudades, por tierra, por aire y mar, limitándose a lucir las mascaradas su boba complacencia. El “espectáculo de bobos” siempre estuvo integrado en los carnavales.  

El carácter subversivo, expresión de una cultura popular en la que los dominados pasan a ser dominantes, es mucho más que unos meros disfraces. Ese genuino carácter del carnaval se puede ver en algunas localidades del Sur de España y en Brasil, en el “Carnaval de Rio”. Fue el año pasado cuando la Escuela de Samba “La Mangueira” atacó y desestabilizó al Presidente reaccionario Bolsonaro, agrupando a negros, indios de la Amazonía, pobres y mujeres, todos atacados por el extremismo del Presidente.

Ante tanta animalidad, la de Rabelais y la del Carnaval, mientras escucho música de carnavales, recuerdo al “Carnaval de los Animales”, gran suite de Camile Saint-Saëns, creación del espíritu infantil de su autor, para su propio disfrute y de los hijos de sus amigos durante su estancia en Austria. Al infantil Camilo, excepcional conocedor de los instrumentos musicales, no se le perdonó –otra víctima- que, siendo serio y convencional, autor de oratorios, de sinfonías y de operas, dedicara parte de su obra a lo que se consideró vulgares evocaciones de animales. Y por aquella incomprensión murió con rabia, muy de carnaval.

Y ahora, aquí, ojeo y paso página del libro titulado Díaz de Orosia o El Carnaval de Oro” (1988) –ejemplar número 77- con protagonismo de dibujos de tal pintor gijonés de muchos carnavales, hace recordar a otros pintores asturianos: a Marola, Piñole y Valle. El recordado Víctor Alperi, que rellenó y redondeó de letras tal libro, en él escribió: “Febrero es el mes del misterio, del embrujo y del amor”.

PS.- Recorriendo El Rastro dominical es posible encontrar “joyas” como la siguiente, adquirida el pasado día 16, libro titulado: “Enfermedades reumáticas y del aparato locomotor de grandes artistas”. En esa “joya” se describen minuciosamente la artritis reumatoide de Renoir, la esclerodermia de Paul Klee, la gota de Rubens y la osteopatía de Toulouse-Lautrec.
   
    


ENTREVISTA PUBLICADA EN "LA NUEVA ESPAÑA" a ÁNGEL AZNÁREZ (9 de marzo de 2020)

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EL EXMAGISTRADO GIJONÉS, TRAS JUBILARSE, ENFOCA SU VIDA A LA LITERATURA PARA "DEVOLVER A LA SOCIEDAD LO QUE ME HA DADO"

                                                            (Entrevista de I.P.)

Tras una intensa vida que le ha llevado, por fases, al Cuerpo Jurídico Militar, la Notaría y
magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Asturias –todas ellas fruto, afirma, de la casualidad– el gijonés Ángel Aznárez se ha propuesto, tras un periodo de reflexión interna y profunda, a disfrutar en la recta final de “una buena vida”. El Derecho ha sido piedra angular en su trayectoria, uno de sus grandes amores, pero con la literatura, una disciplina con la que siempre ha coqueteado en forma de artículos, siente que ha ido generando una deuda que ahora está dispuesto a saldar. El exmagistrado, jubilado desde octubre de 2019, entra ahora en la cuarta fase, más meditada y reflexiva, con la que pretende devolver a la sociedad todo lo que ha recibido en su vida. Lo hará en forma de libros,sostiene, para que esta cuarta etapa en la que ha entrado no sea “una mera contemplación de ese final”.

La reflexión. ¿A qué me voy a dedicar? Esa fue la pregunta que generó en Ángel Aznárez su jubilación. Fueron momentos de meditación hasta que al final, convencido y habiendo logrado, en parte, “recuperar mi libertad de expresión” (de la que le privó su andadura por el TSJA), ha optado
por centrarse en la Literatura. “Voy a vivir de la pensión del Estado, y eso incompatible absolutamente a cualquier otro beneficio, es decir, todo lo que voy a hacer va a ser gratis”, asegura.
“Creo que es la oportunidad de darme a la gente sin pedir nada a cambio, sin entrar en las luchas entre la gente”, apunta. Ese concepto filosófico de la gratuidad, “estupendo”, es coincidente con la doctrina social de la Iglesia Católica, muy presente también en su carrera
Al concluir su etapa de magistrado–“no hay nada jurídicamente que lo supere”– se abrieron varios frentes.“Hay que ser fiel a lo que uno ha sido, y eso es incompatible con la abogacía, con un despacho o con ir a los tribunales; trabajar a escondidas sería un fraude y eso es inconcebible”, expone. En ese tiempo de reflexión, como es lógico, afloraron las dudas precisamente porque disfrutó de ese tiempo de meditación que en otros momentos relevantes de su vida brillaba por su ausencia. “Antes no hubo dudas porque fueron las circunstancias las que me hicieron pasar de una a otra fase”, desvela Aznárez, que encontró en la Literatura la respuesta que buscaba.
En la redacción de LA NUEVA ESPAÑA

Las etapas
. En la parte inicial de su trayecto Aznárez fue fiscal y allí fueron muchas las vivencias. “Con unas no estaba de acuerdo, y eso planteó problemas que motivaron la segunda fase”, matiza. La segunda etapa fue la de Notario, donde la casualidad volvió a jugar fuerte. “No es que yo quisiera ser notario, fue porque esas fueron las primeras oposiciones que pasaron por ahí; si hubiesen sido otras yo hubiese sido otra cosa”, expone.“Del mismo modo que nunca imaginé que pasaría a la judicatura”,
desvela. Su llegada al TSJA “se produjo porque unas personas muy próximas me dijeron que diera el paso y sobre la marcha dije que sí”. “Pensé que era una decisión equivocada al principio,pero al final vi que  fue acertada”, confirma.

Los secretos. En sus cerca de cincuenta años de ejercicio profesional ha sido una persona “sujeta a los secretos profesionales”. En todas sus etapas. “Hay cosas muy jugosas, secretos que si se supieran y revelaran sería muy atractivo, pero irán conmigo a la tumba”, zanja. Han sido varios los ofrecimientos para que compartiera sus vivencias en torno a la Transición española, también en lo relativo a los pensamientos más íntimos que como notario le confiaron muchas personas o las deliberaciones con sus colegas magistrados en el TSJA. “Poco a poco me he ido educando en el
secreto; en toda mi vida he tenido funciones diversas y muy importantes, pero nunca he cometido la falta de la indiscreción”, asegura. De hecho, ni siquiera ha tenido nunca “esa tentación” ni cuando habla ni cuando escribe. “No me ha costado porque sería tan grave para mí ser indiscreto que sería inconcebible”, expone.

La Iglesia Católica. Por un lado, el Derecho, por otro la literatura y, en el medio, la Iglesia Católica. “Me interesa mucho, fui educado en un colegio religioso y esa enseñanza religiosa ha sido muy importante en mi vida; también es objeto de estudio”. Aznárez ha escrito mucho sobre el Papa
Benedicto XVI, apenas del papa Francisco. Pero su mayor insistencia está “en la influencia que tienen los planteamientos religiosos en la vida política”. “También la crisis enorme del fenómeno de la secularización; De hecho, este tema supone una enorme preocupación. “En religiones con
clérigos, la falta de clérigos es algo catastrófico porque no existe transmisión de las nuevas generaciones de la Historia de la religión y la Iglesia Católica; dentro de poco no sabrán quién
es Jesucristo”, vaticina.

 Caridad y justicia.“Son dos cuestiones distintas”, dice Aznárez sobre la caridad y la justicia. “La caridad es un concepto religioso y la justicia es un concepto político; hay un término medio que es la equidad”, explica.“Hay que procurar que la legislaciones acerque a la justicia lo más posible”,considera.

 Orgullo. “No me gustan los grandes titulares”, avanza Aznárez para responder a la pregunta sobre de qué está más orgulloso de toda su carrera profesional. “De lo que me siento es de haber hecho en todo momento lo que tenia que hacer, y lo que hay que hacer no va relacionado con el aplauso”, responde al fin. “Hay veces que lo que hay que hacer es duro y exigente; yo fui número uno, pero no tengo medallas. No las quiero. No tengo premio  alguno”, recuerda. “Me interesa mucho el refrán de que la potencia del caballo no es la velocidad sino la capacidad de frenar en seco”, reflexiona. ¿Qué quiere decir eso? “Me siento orgulloso de frenar en seco en ciertas ocasiones”. ¿En cuáles? “Forman parte de los secretos”, responde.

 Arrepentimientos. Con la misma honestidad de la que antes hablaba, Aznárez afirma que “decir que no me arrepiento de nada no me parece responder a una realidad”. “Internamente hay que arrepentirse porque la vida es éxitos y errores”, estima el exmagistrado. Errores de los que “está llena la vida” y “de los que uno no debe arrepentirse. Pero una vida tan completa no puede entenderse sin esos errores. ¿Cuáles? “Durante un tiempo patrocinaba que a la hora de tomar decisiones todas debían ser muy pensadas, pero luego en mi vida hay decisiones que no dependieron de mi”, sentencia en referencia a aceptar su puesto de magistrado en el TSJA.

El azar. El azar es uno de sus temas de estudio y quizás de un libro propio. “Muchas veces atribuimos al azar lo que no entendemos como causas, porque hay veces que el ser humano frágil es llevado a situaciones y en esas situaciones él se deja llevar, surfear, y a veces va al infierno y a veces al cielo”, expone. “Ahí está la suerte”, confirma Aznárez.

El final.  La cuarta fase en la que está inmerso nace con un dicho que asume como propio y que dice que es “más difícil que acabar es comenzar”.“Es una fase donde he pensado mucho, una fase donde contemplas de forma inevitable el final de la vida”, pero donde “el tiempo, que ya es más escaso que el dinero, es escasísimo; aquí todavía es mas escaso”. Por tanto, “es una fase de mucha meditación, de pensamiento, hasta la muerte. Pero ojo, “es una fase donde puedes permitirte el lujo de hacerlo bien”.



"EL LIBRO Y LA LOCURA DE DEJARSE MORIR", por ÁNGEL AZNÁREZ RUBIO

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Foto publicada en el diario "EL COMERCIO", con motivo de su nombramiento en el TSJA

                                                                                     "De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin ninguna duda, el libro. Los otros son prolongación de su cuerpo: el microscopio y el telescopio son prolongación de su vista; el teléfono es prolongación de su voz; tenemos el arado y la espada, que son prolongación de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una prolongación de su memoria y de su imaginación".
                                                                                Jorge Luis Borges. Conferencia (sobre el libro).

         


          En estas fechas de reclusión forzosa, de pánico y de angustias, bueno es acudir, serenos en lo posible, a libros, a literatura, para aconsejarnos y distraernos. Y de entre los muchos libros, me acordé de los de Jorge Luis Borges, que es autor de fantasías sublimes, incluyendo -según  él- a la metafísica y a la teologia como ramas de la literatura fantastica; que es también Borges constructor de laberintos, que son como juegos de damas (o de azar en lengua persa), muy de ahora, que son tiempos borgeanos.

          Libros, biblioteca y laberintos:
.
          Las reflexiones, filosóficas, de Borges sobre los libros, se reiteran en su obra. Así en "La biblioteca de Babel", en "El Aleph", en "Del culto de los libros", en las plurales refrencias al Quijote, y en la conferencia pronunciada, en Buenos Aires (finales de los años setenta del siglo XX), titulada "El libro", que, como él dijo: "El libro, este instrumento sin el cual no puedo vivir y que me es tan esencial como las manos y los ojos". En conversación con Osvaldo Ferrari, Borges mencionó a Emerson diciendo: "un libro es una cosa entre las cosas, una cosa muerta, hasta que alguien lo abre.Y entonces puede ocurrir el hecho estético, es decir, aquello que está muerto resucita" (Diálogos, Seix Barral 1992, página 85).

      
    En el gabinete mágico, que eso es una biblioteca, "están, encantados, los mejores espíritus de la humanidad, que esperan nuestra palabras para salir del mutismo". Y añade: "el universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito de galerías hexagonales". Biblioteca, en la que hay versiones en todas las lenguas, y hasta de los  libros no escritos; la "Biblioteca de Babel", escrita en 1941, de Borges, que recuerda mucho al texto, una novela, de Umberto Eco "El nombre de la rosa", de una erudición excepcional, suma de investigaciones, de citaciones eruditas y de mentiras, también con espejos, de la Edad Media  de la Abadia. ¿Qué es la vida, qué la muerte, no dejó de preguntarse? Eso está novelado, en lo de la Rosa.


          Biblioteca que es un laberinto. Borges, constructor de laberintos, que es la biblioteca el mayor y más bello laberinto imaginable como escribe Rodríguez Monegal (Conversaciones sobre Borges,1995). Laberinto que está en el poema de Borges: "No oprimir un odiado laberinto de triple hierro y fuego doloroso las atónita almas de los reprobos" ("Del infierno al cielo"). Y laberinto recordatorio del que creó Dédalo, artífice genial, en Cnosos, para proteger al Minotauro, al servicio de Minos, padre de Icaro, de alas de cera, de vuelo alto y batacazo mortal.

          Pierre Menard, autor del Quijote:

          Volví a leer, otra vez -no sé si es un cuento, un ensayo o un juego- el "Pierre Menard, autor del Quijote", incluido en "Ficciones" (1944). El imaginario francés Pierre Menard, escritor símbolista y surrealista, formando parte de su obra subterránea e inconclusa, "escribió", de nueva e idéntica manera, únicamente los capitulos noveno, trigésimo octavo y un fragmento del veintidós (primera parte) de Don Quijote (Cervantes). No me corresponde ahora descifrar el enigma de la comicidad del cuento borgeano, del ensayo o del juego: la escritura en el siglo XX por un francés, Menard, de un libro del siglo XVII, escrito por el español Cervantes.

       
   Y no me corresponde porque la absurda pretensión de Menard -únicamente relacionada con la escritura de los capitulos indicados en el párrafo anterior- no incluyen al capítulo LXXIIII de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha, titulado "De cómo don Quijote cayó malo y del testamento que hizo y su muerte", que es el capítulo que tanto me interesa. Menard nada llegó a escribir de él y lo escrito por Unamuno no me interesa.


          Muerte de Alonso Quijano, el Bueno:

          Es dificil saber de qué falleció el Quijano. Dice el texto: "YA fuese de la melancolía que le causaba el verse vencido o YA por la disposicion del cielo". Los sobrevivientes al difunto han de saber la causa concreta de la muerte de éste; tienen derecho a conocer. Tenemos los españoles derecho a saber de qué murio nuestro don Quijote. El texto de Cervantes es confuso, pareciendo, sólo pareciendo, que murió de melancolía; más aún, existe una contrariedad, pues no hay disyuntiva lógica (O) entre una causa concreta y específica -la melancolía- y una generalidad -la disposición del cielo- (siempre se muere por disposición del cielo).

          Ciertamente que razones tuvo don Quijote para morir de melancolía, pues regresó a su aldea muy humillado por amistades y amores, "con tristeza grande y permanente y que hace que el que la padece no halle gusto ni diversión en cosa" - que eso se dijo es la melancolía. El médico ratificó la misma: "Melancolías y desabrimientos le acababan" -dijo-. Sancho Panza, llorando, ante el lecho de muerte, dijo: "La mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más  ni más, sin que nadie le mate ni otras manos le acaben que las de la melancolía".

 
Morir de melancolía debió ser dejarse morir de pena, a modo de un suicidio por depresión, y eso Sancho Panza, tan vitalista no lo podía aceptar, no comprendiendolo. De ahí su sabio consejo: es una locura dejarse morir, y es una locura estando el Bueno de Quijano tan cuerdo. Sancho Panza hizo lo que todos haríamos ante el que se quiere morir o matar por pena o penas, reales o soñadas: es una locura; es la mayor locura.


En estos tiempos de pandemia, también sigue siendo de mayor locura lo de dejarse morir.

          A.Aznarez


         


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"VIDA SUSPENDIDA", artículo de ÁNGEL AZNÁREZ publicado en el diario "LA NUEVA ESPAÑA" (27/03/2020)

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                   "En el libro octavo de la Odisea
se lee que los dioses tejen desdichas para que a las futuras
generaciones no les falte algo que contar"
                            Jorge  L. Borges. "El culto de los libros"


                                        Seguimos en obligada reclusión, con la vida suspendida y sostenida por hilos; seguimos en retiro, no para cosas sublimes como hablar con Dios, sino para asuntos tan mundanos como evitar contagios. Miedo, mucho miedo de guerra, sin enemigos como nosotros, ni hostis ni inimicus, y miedo fundamental, pues es miedo al colmo, que es a la muerte misma. Nada de pensamiento, pues ese pensar habría de ser más de muerte que de vida, muy triste:un pensamiento de negrura y depresivo -ahora justificado- ante un futuro tan incierto o sin futuro.

                                     


 Visiones reales e imaginarias contemplan nuestro mundo que está al revés, pues las calles están vacías y las casas llenas, en otro tiempo, las calles llenas y las casas vacías. Ya antes ocurrió, por otras cóleras y pestes bubónicas, y con paisajes también similares y siniestros como los de "Muerte en Venecia", maestría de Mann y de Visconti. Miedo, mucho miedo a la muerte anunciada y contemplada, casi vivida.

                                          La cabeza, que tanto entretenimiento precisa para aguantar sana, en busca de distracciones para sobrevivir calmada o serena, hace que los ojos miren, ahora aunque de otra manera, como despidiéndose o con nostalgia, a lo que siempre nos acompañó, día a día, año a año: a las personas con las que convivimos, compartimos la vida y queremos; a las amistades y a los conocidos con muchos y grandes problemas, aumentados por esta "crisis"¡Qué pruebas! Miramos también, de otra manera, a objetos importantes para nuestro vivir, que nos siguen acompañando, como esos cuadros colgados en las paredes de nuestras casas, como ese mueble o secreter, con cajones y estancos, donde escondemos papeles secretos y depositamos nuestras plumas; como esa biblioteca, con libros de trabajo y ocio, en la que tantas veces, casi inconscientemente, metíamos y sacábamos. Con energía decidí por necesidad, para entretener al tiempo y entretenerme yo, rebuscar libros y quitarles el polvo, ya amarillos de viejos, allí depositados en anaqueles desde tiempos antiguos.

                                         


  Viendo la biblioteca y hurgando en ella -la mía- más modesta y un tanto esmirriada, me acordé de la de Borges y de su cuento "La biblioteca de Babel", escrito en Mar de Plata en 1942 ¡Babel, Babel, nombre propio que tanto recuerda a G. Steiner! La Biblioteca borgiana, es muy peculiar, por ser laberíntica, "compuesta por un número indefinido, y tal vez infinito de galerías hexagonales". Como escribiera María Esther Vázquez en su texto sobre la Biblioteca de Borges (publicado en Tusquets Editores en 1996) "hay versiones en todas las lenguas de libros no escritos y abarca todos los libros". También me acordé de Umberto Eco y de su película "El nombre de la rosa", incendiada la biblioteca de ficción, una de las mejores de la Cristiandad, por el monje bibliotecario de la Abadía. ¡Cuánto debe a Borges el gran experto en conspiraciones como fue Eco! ¡Cuánto echamos en falta ahora a don Humberto, el gran fabular de Adso de Melk

                                             Buscando, primero encontré por azar, el número 27.98 de la Revista de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalista de Madrid; un interesante número dedicado a la Teoría y Clínica al Narcisismo, grave trastorno de la personalidad y tema siempre actual, ahora en particular, por la publicación en España este mismo años (2020) del libro tan clarificador como es "Los narcisos", de la francesa Marie France Hirigoyen. De este libro me quedó lo siguiente: "A través  de la autocomplacencia uno se puede engañar y percibirse de una forma mucho más positiva de lo que es en realidad". Ejemplo de ello, sobran...

                                             También encontré, por azar, el número 47 de la revista Archipiélago, correspondiente al año 2001, dedicado al "Pensar, narrar, enseñar la Historia". En dicho número, además de un artículo del recientemente fallecido, el abulense José Jiménez Lozano, hay otro importante de Paul Ricoeur, titulado "De la fenomenología al conocimiento práctico. Paisaje de mi vida". Pensador francés, muy de moda, por haber dicho Macron que había sido discípulo suyo, todo él muy interesante, me llamó la atención la siguiente frase: "PUES ES EN LA POLIS, EN LA CIUDAD, EN DONDE EL SER HUMANO SE REALIZA". Esa frase viene muy a cuento en estos momentos de reclusión forzosa por pandemia y con las calles vacías de la ciudad. Un tiempo en el que somos menos ciudadanos.

                                         
 Es ahora, con tanto vacío en las calles y tanto encierro en las casas, cuando nos damos cuenta de que el ser humano es un ser social -la verdadera condición humana es social-; que para el pleno desarrollo mental, los humanos necesitamos a los demás; que los egos, egocentrismos y egolatría, con torres o sin torres de marfil, conducen a la neurosis y a otras locuras de paranoicos, a diferencia del altruismo que ordinariamente sana y cura. Encerrados en casa, el miedo sustituye a la libertada -ni soy libre ni los demás lo son-; sin ciudad o espacios colectivos no somos ciudadanos, no podemos serlo, aunque la mediocridad, la indignidad, la corrupción y los narcisos locos, políticos o no, abunden en lo público o común. Y es que con la Ciudad, con la vida en común, ocurre lo mismo que con la palabra: por una parte, nos causan agobio e irritación, pues nos hace conscientes de nuestras muchas limitaciones -la relación social rechaza las imaginarias omnipotencias-, pero, por otra parte, aunque pueda parecer increíble, nos cura de nuestras debilidades mentales. La soledad, sin tener certero punto de referencia, agrava los desequilibrios.

                                            Ortega y Gasset en su "El tema de nuestro tiempo" (capítulo ocho) escribió lo que ya había pensado al principio de los años veinte del pasado siglo: "Ha sido un error incalculable sostener que la vida, abandonada a sí misma, tiende al egoísmo, cuando es en su raíz y esencia inevitablemente altruista. La vida es el hecho cósmico del altruismo, y existe sólo como perpetua emigración del Yo vital hacia lo Otro". Y las locuras  de don Quijote, sin sus amigos, el cura, el bachiller y el barbero, y su buen escudero, Sancho Panza, hubiesen sido más locas; sin ellos no hubiese médico ni escribano, que dio fe de su cordura.

                                             Es ahora tiempo de calles vacías, cuando entendemos la diferencia que estableció Aristóteles entre los llamados "idiotes" y "polites", según que intervengan o no en los asuntos de su ciudad. Es ahora cuando entendemos que el repliegue sobre si mismo, el encerrarse en si mismo, es de idiotas. Tal vez, lo que ahora, tristemente, estamos viviendo, pueda ser ocasión para una nueva reflexión, otra vez, en la que nos planteamos, nuevamente, eso tan olvidado, de averiguar en qué consiste ser verdaderamente humanos.

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"EL MÚSICO SORDO" (una lectura para tiempos críticos) por ÁNGEL AZNÁREZ

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 "Llevo una vida miserable. Desde hace dos años evitó toda clase de compañía,  porque no puedo hablar con la gente: Estoy sordo. Si tuviera otra profesión cualquiera, todavía podría ejercerla; pero con la mía, la situación es terrible. ¡Qué dirán de esto mis no escasos enemigos!...Muchas veces maldigo mi existencia...¡Resignación!  ¡Qué refugio tan triste! ¡Y, sin embargo, es el único que me queda!".
                                                        (Carta de Beethoven a su amigo Wegeler)      



         
 Dicen los especialistas en las ciencias del alma, que los creadores artistas, que son los competidores del genuino "Creator", el del Génesis, alumbran o dan luz a músicas objetos e  ideas -un conjunto de genios e ingenios-; y ello con raíces en sus profundas angustias, los abandonos, las privaciones y carencias, las miserias y las enfermedades de todo tipo. Es como si el bienestar o/y lo apolíneo lo único que crean sea lo abortivo; la creación  y lo creativo parecen sólo ser posibles únicamente desde el malestar y la desgracia. El Dios creador siempre fue y sigue siendo, al parecer, un rabioso celoso, según se lee en el Libro. Por eso, si el creador es músico, pues ¡zas! el destino lo hizo sordo, como ocurrió a  Beethoven; si el creador es escritor, pues ¡zas! el destino lo hizo ciego, como ocurrió a Borges, el palabrista.

          "¡Mi verdadera lengua es la música!" exclamó a gritos el francés Romain Rolland, Premio Nobel de Literatura (año 1915), derrotando al español Pérez Galdos que no lo consiguió. El Jurado del Nobel dijo de aquél: "Es un tributo al elevado idealismo de su producción literaria,  así como al efecto y verismo con que ha pintado diferentes tipos de seres humanos". Rolland (1866-1944),  intelectual de izquierdas, que denunció sin ambages la estupidez asesina de la Gran Guerra, la primera Guerra Mundial, -posición de abierta beligerancia frente al demencial conflicto- nos interesa (Rolland) ahora por haber sido musicólogo, por haber escrito "Vida de Beethoven", que es destacable en el actual
250 aniversario del nacimiento del compositor alemán .También nos interesa por haber escrito (Rolland) una "novela total", protagonizada por el héroe JEAN CHRISTOPHE, músico de vocación -primer volumen aparecido 1904-, siendo tal héroe, como escribiera Borges en su Miscelania, "una fusión de Beethoven y del mismo Rolland".
BIBLIOTECA PARA CONFINARSE  EN EL CAMPO


En el prefacio a la "Vida de Beethoven", Rolland (no confundir con Jules Romains) escribió lo que en estos momentos de pandemia o de coronavirus es muy de tener en cuenta: "El mundo muere asfixiado por su egoísmo prudente y vil. El mundo se ahoga. ¡Abramos las ventanas! ¡Hagamos entrar el aire puro! Respiremos el aliento de los héroes. La vida es dura. Es una lucha diaria para aquellos que no se resignan a la mediocridad del alma".



          Beethoven, de cabellos que fueron serpientes de Medusa, hijo desgraciado de un borracho habitual, fue por ello y por ser sordo -a los veintiséis años- un titan o héroe, con grandeza de corazón, desdichado y atormentado -también fuerza de la naturaleza-. Llegó el músico de Bonn, muerto en Viena a los 57 años, a recitar: "Hacer todo el bien que se pueda. Amar la libertad ante todo".


          No nos interesa ahora el músico, afrancesado revolucionario o bonapartista; no nos interesa el romántico que pasó página a músicas anteriores, incluso a las de Haydn y Mozart; no nos interesa el músico que dio estatus de independientes, dejando de ser empleados domésticos, a los músicos que trabajaban en casas de príncipes o archiduques; tampoco sus amores tan confusos, verdaderos o no, nos interesan ahora.


LA NATURALEZA, PESE AL CONFINAMIENTO HUMANO, SIGUE SU CAMINO

 Por el contrario, sí buscamos al Beethoven sufriente y que, para más sufrir, padeció una sordera total. 
En la edición española de 1966, de Aguilar, figuran las Cartas de Beethoven al Pastor Amena y al Doctor Franz Gérard Wegeler, quejándose de su siniestra y desgraciada sordera. En la "Vida de Beethoven se escribe: "Beethoven quiso dirigir el ensayo general de Fidelio" (1822). A partir del dúo del primer acto, se hizo evidente que no oía nada de lo que pasaba en el escenario. Retrasaba considerablemente la acción y, mientras que la orquesta seguía su batuta, los cantantes iban cada vez más deprisa. La consecuencia fue una confusión general".

Más adelante añade el biógrafo: "El 7 de mayo de 1824, dirigiendo la "Sinfonía con coros no oía el estrépito de las aclamaciones ni se dio cuenta de ellas hasta que una de las cantantes, cogiéndole de la mano, le hizo volverse al público y, de repente, vio a los concurrentes en pie agitando los sombreros y aplaudiendo".


       
UN CAFÉ VIENÉS
 Desde un fondo abismal, de tristeza, de silencios, por sordera, Beethoven, dominante e irritable, 
también cantor de las excelencias de la Alegría, se propuso y consiguió la exaltación de la Alegría -coro final de la Novena Sinfonía sobre la Oda a la Alegría-. Y así esperó a su triste muerte, en Viena, capital musical de Alemania, sólo y abandonado, no de la tuberculosis, que mató a parte importante de su familia, sino, como su padre, de una cirrosis hepática, y siempre acompañado de lo que llamó "enfermedades del vientre", problemas intestinales.

          Como saben bien los creadores y artistas, lo que falta -la manquedad-, sea la vista al ciego (Borges o Tirésias, hijo de ninfa), el sonido al sordo (Beethoven) o el brazo al manco  (Cervantes), es lo principal o determinante. Borges lo escribió:" Ya que he perdido el amado mundo de las apariencias, debo crear otra cosa, el futuro, lo que sucederá al mundo visible que perdí". Beethoven escribió: "Me veo obligado a ponerme, por esta extraña sordera, junto a la orquesta para oír a los actores. Si me pongo un poco distante no oigo los sonidos altos de los instrumentos y de las voces".


          Y Steiner, que fue casi manco, como Cervantes, escribió: "He sido capaz de pintar cuadros y dibujos con la mano mala. Se trataba de una metafísica del esfuerzo". Consiguió, según él, nada menos atar los cordones de los zapatos con una sola mano; lo cual es muy difícil, como se puede se puede comprobar al intentarlo.

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AVANZADILLA DE UN ARTÍCULO DE ÁNGEL AZNÁREZ PARA EL DOMINGO

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 "Lo veo rodeado de atriles y escribanias, de batas y pantuflas, todo envuelto en una sigilosa pulcritud doméstica".
                                                                                    J.M.C.B

       
            Si la pasada semana escribí de un sordo, músico, esta semana -ya lo anuncio- escribiré de un ciego, escritor. No se trata de hacer una serie sobre lisiados, artistas, que daría para una infinitud, no obstante la rebaja que, por sí, impone lo auténticamente artístico. El colmo de los colmos, de algún vecino, es su pretensión boba de hacer literatura con lo del virus de la República Popular; basta estos días (h)ojear la prensa escrita -leer es otra cuestión-. No resulta extraño que la gente se aburra ¡Otra oportunidad, tal vez la última, pérdida!


         
En tiempo de lectura del "todo es lo mismo", sobre el virus, desgraciado y único tema, llegado de tierras del "progreso", de la China comunista, acaso sea ocasión de leer sobre personas excelentes que ya fueron, y que hubieron de luchar, para sobrevivir, a los bordes mismos de la extenuación. Tal fue el caso de Beethoven y del escritor sobre el que escribiremos mañana, muerto ya en los años ochenta del pasado siglo.



          Nuestro personaje, que fue ciego, fue también experto en colores:le gustó el amarillo. Y a través de Steiner pensamos en él, en el ciego, cuando aquél (Steiner) contó cómo, habiendo nacido con un brazo más corto que otro y pegado al cuerpo, su madre, cual institutriz germánica, le obligó, para aprender, a atar los cordones de los zapatos con una sola mano ¡Qué dificultad!
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          A eso Steiner llamó "genio de mamá" y por eso no dejó de escandalizarse ante los acolchamientos y sandeces de la cultura terapéutica actual, que priva a multitud de criaturas del disfrutar ante la superación de grandes dificultades, dejándolas hundidas en lo subvencionado y a los márgenes.



           Buen motivo de reflexión y añado. En las páginas centrales de "El País", del domingo 28 de agosto de 2014, figuraba la siguiente pregunta: "¿Estamos tan enfermos cómo indica el cada vez más elevado consumo de psicofarmacos? Los especialistas avisan: nuestra escasa tolerancia a la fustración nos hace poco resistente tes a los problemas y presa fáciles de la industria farmacéutica".



       
Jardín con Cínico (en griego perro es cínico)
  No quiero escuchar esa especie de misa de rito bizantino o copto ¡yo qué sé! que son las explicaciones gubernamentales sobre el virus; por eso apago el televisor, quedando privando de las vistas de esos generales o generalotes, de pechos cubiertos cómo con coladores, con hojas de lata y banderitas de colores y prendedores horteras en las corbatillas.



          Y recuerdo una tarde gris en la Barcelona de los años ochenta del pasado siglo. Se dijo que esa tarde una nube radioactiva, procedente de la reventada Chernobyl, pasaba por los cielos de la gran ciudad, luego, más tarde, un pueblo. Las glándula tiroideas de la población, para evitar cánceres, fueron advertidas. Aquella nube radioactiva también procedía de una república popular, entonces soviética o de la URRS. Y aún los idiotas, hoy, sean amigos o enemigos de curas, ofician rituales del llamado "progreso".



       





EL ESCRITOR CIEGO, artículo de ÁNGEL AZNÁREZ RUBIO

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    "¿De qué color es la corbata que me han puesto hoy?"
                                                                                       (Borges)

          El tebano Tirésias, con cetro de oro y llamado "el mantis", tampoco vio (con acento en la o): no sabemos si ello fue por un decir o por un ver; por un haber dicho que la mujer experimentaba mayor placer sexual que el hombre, o por un haber visto a Atenea, virgen y diosa, desnuda en un bosque. Si sabemos, por el contrario, que por aquella falta -la CEGUERA- los dioses concedieron al viejo Tiresias los atributos de vidente.

          Parece ser que al autor o autores de la Iliada y de la Odisea, por CIEGO o CIEGOS, le apodaron "Homero", y que gracias a ello "vio" la guerra de Troya, del colérico Aquíles (Iliada) y del retorno vengativo a Itaca de Odiseo-Ulises (Odisea). La "buena diosa" romana, la Fortuna, también fue ciega. 

          Ceguera, la de Homero, para destacar que la poesía y lo poético, con sus músicas y cantos épicos, precisan del oído, de las orejas -CUANTO MÁS GRANDES MEJOR, como las de Kafka-, y no de la vista, de los ojos, -cuanto más pequeños mejor-. El músico salmantino Francisco Salinas, tocador de órganos en la Catedral de Salamanca, también fue ciego, habiéndole dedicado amables odas el poeta judío Fray Luis de León.

          Antonio Tabucci escribió: "Dios no escribe, habla".

          Borges, en su poema "El ciego", en una primera estrofa, canta, cual rapsoda o aedo, así:  "Soy el lento prisionero de un tiempo soñoliento que no marca su aurora ni su ocaso. Es de noche"; y en una segunda -sigue-: "El espejo que miro es una cosa gris. En el jardín aspiro amigos, una lóbrega rosa de la tiniebla. Ahora sólo perduran las formas amarillas y sólo puedo ver para ver pesadillas". Fue una ceguera, la de Borges, que, por haber sido gradual, no brusca -primero sin ver en un ojo, luego en el otro- fue menos terrible, pero, como explicó al también poeta José Miguel Ullan (entrevista "El olor de los tigres", publicada en el Suplemento semanal de Diario 16, el 16 de junio de 1985), "se acostumbró a ella (a la ceguera) igual que uno se acostumbra a la vejez, o a la vida, o a una enfermedad, o a estar en un sanatorio o en una cárcel. Es otra cárcel la ceguera". Y fue ciego desde 1955.

         
Y una ceguera, la de Borges, que la supo desde siempre: "No soy ciego sólo ahora. Desde niño sabía el destino que me esperaba. Yo había visto a mi padre ciego, a mi abuela inglesa ciega. Supe que mi bisabuelo inglés había muerto, también, ciego". (Entrevista de Alfredo Barnechea "Peregrinos de la Lengua", Alfaguara, 1997). En una Conferencia sobre la Ceguera, en la Universidad de Belgrano, dijo: " La ceguera no fue para mí una desgracia total; se la ha de considerar un modo de vida: un estilo de vida como cualquier otro".

          La ceguera, que limitó y complicó a Borges la escritura, le abrió a la oralidad; no dejó de explicarse y de hablar en cientos de entrevistas y conferencias, pronunciadas a finales de los años 70 del pasado siglo, en Buenos Aires y otras capitales del mundo, con una voz nueva,  intimista y emotiva, alejada de barroquismos y vanidades literareas (con acento en la primera a). Con la soledad propia de un ciego, una mano con el bastón y la otra apoyada en su Maria, se paseó por doquier, con imaginaciones de espejos, contando profecías, con sueños y pesadillas, y describiendo bibliotecas como laberintos ("El laberinto mágico" lo escribió Máx Aub, no Borges). "Ya que he perdido el mundo querido de las apariencias, debo dedicarme a otra cosa, no pudiendo que la ceguera me abata" -añadió-. En su poema "Los enigmas" se preguntó sobre el errante laberinto y sobre la blancura ciega del resplandor. Y en el Fragmento 15 del Evangelio Apócrifo se dice: "Que la luz de una lámpara se encienda, aunque ningún hombre la vea. Dios la verá".

          Es muy interesante escuchar a un ciego explicarse sobre los colores, aunque sea un ciego, tal como Borges, no de una ceguera fulminante, como un rayo o eclipse, sino progresiva, como ya adelantamos. Canetti comienza su autobiografia así: "Mi primer recuerdo esta bañado en rojo" y Borges describió  una nube, azulada y verdosa, vagamente luminosa; nada de colores rojos y negros, como la novela de Stendhal, (el rojo un verdadero color, por eso, color/colorado, y el negro, un color muy discutible). Sí, por el contrario, escribió del amarillo, "yellow" en inglés y "jaune" en francés. Un amarillo, que es el color de la luz, como la miel, el sol y las pinturas de Van Gogh, pero también el de Judas, de los demonios, los traidores y los felones. Tambien amarillo es el color de la bandera del Estado de la Ciudad del Vaticano.

          El tigre es un símbolo frecuente en la obra de Borges, de la violencia y de la valentía, que es de la elegancia y la hermosura, del coraje y el valor. "Hasta la hora del ocaso AMARILLO cuántas veces habré mirado al poderoso tigre de Bengala...Con los años fueron dejándome  los otros hermosos colores y ahora sólo me quedan la vaga luz, la inextricable sombra y el oro del principio" -escribió en "El oro de los tigres"-.

         


Otro Odiseo, ni del Homero ciego, ni de Citati (Pietro), ni de Boitani (Piero), sino Odisseus Elytis, arrebató en 1979 el Nobel a Borges, también poeta este Odiseo y autor de "La lengua me la dieron griega; la casa pobre en las arenas de Homero. Única cita mi lengua en las arenas de Homero" (Akal, Antología 1982). Borges se limitó a decir: "No conozco la obra de ese poeta, pero me alegro de que sea griego. Todos somos hebreos o griegos en el exilio" (Borges, el palabrista, de Esteban Peicovich, editorial Libertarias,1995, página 212).

          Fue discípulo del desmesurado y judío Rafael Cansinos Assens, no habiendo sido Borges judío aunque pareció serlo, por sus cábalas, sueños, laberintos, bibliotecas y por haber sido profeta, un profeta que, como el también profeta y bíblico Daniel, bajó al foso de los leones,  que eso fue la Dictadura argentina. Caballero Bonald (J.M.), que, celoso, a todos sus compañeros y competidores puso peros, sobre Borges escribió: "Continua siendo un señor vidrios mente reaccionario y un prosista de extraordinarios poderes estilísticos" ("Examen de ingenios", Seis Barral, 2017, página 91).

    


COLORES

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“LA CRÍTICA ANTE EL CINE DE PASOLINI (I)”, por JOSÉ LUIS CAMPAL

45 años se cumplen este 2020 del asesinatodel poeta, activista, pensador, dramaturgo, novelista y cineasta italiano Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 5 de marzo de 1922–Ostia, 2 de noviembre de 1975), sobrado motivo para efectuar un recorrido cronológico por su rica filmografía como director y los juicios críticos que ha despertado.


1) De su ópera primaAccattone(1961)afirmó la veterana revista Fotogramas que en la misma se desarrolla«la descarnada historia del trágico destino de un marginado atrapado en su mísero entorno, del que solo podrá salir a través de la delincuencia», apuntando que en ella PPPasolini «expresa la pasión de vivir en un contexto inevitablemente castrador». Un drama rodado en Roma y que en Brasil se distribuyó como Desajuste social.




2) EnMamma Roma(1962) contó con una inmensa Anna Magnani organizando la ceremonia del fracaso. Estrenada el 31 de agosto en la Mostra de Venecia, este drama sobre la prostitución habla acerca del «inevitable destino de los desprotegidos en la Italia de la posguerra, de una clase social que, por mucho que trate de apartar las piedras del camino, siempre encuentra otra más adelante. Y más grande. La lucha de clases que es una derrota permanente en las afueras de Roma», como escribe Damián Bender en Cine Divergente,señalando certeramente que «Pasolini provoca porque quiere ser motor de cambio, porque hablar de ciertos temas es necesario para que la sociedad reaccione. Incomodar para reflexionar, sacudir para revolucionar».


3) El episodio La ricottafue la contribución de PPPasolini aRoGoPaG, un filme colectivo(modalidad muy en boga por aquellos años) de 1963. Los otros tres contribuyentes (de ahí el enigmático, solo a primera vista, título de la película, compuesto por las iniciales de sus apellidos) fueron Roberto Rossellini, Jean-Luc Godard y Ugo Gregoretti. El mediometraje de Pasolini se benefició de la intervención de nada menos que Orson Welles, que incorpora a un director de cine que está rodando una superproducción sobre Cristo, y a través del cual, afirma el crítico Carlos Mercadal, «arremete contra el creciente carácter conformista y reaccionario de la sociedad italiana».

La ricottaes, para Mercadal, «un rico juego de contrastes simbólicos con el que Pasolini se propuso diagnosticar (proféticamente) algunos de los síntomas de la modernidad incipiente: la espectacularización de cierto tipo de cine como forma de enmascarar la realidadsocial y económica de las clases populares, la aculturación y barbarizaciónde la juventud o el desprecio de ese nuevo sujeto consumista por los padecimientosy valores del pasado».


4) La rabbia(1963) es undocumental en dos partes sobre la guerra, de las cuales PPPasolini se ocupó de la primera (efectuando un recorrido por los países africanos colonizados y concentrándose en su proceso deliberación) y un director menor italiano de ideología conservadora llamado Giovannino Guareschi de la segunda.

El ensayista John Berger refiere cómo se gestó el proyecto: «En 1962 la televisión italiana tuvo una brillante idea: la de invitar a un director de cine a responder a la pregunta: ¿por qué en todo el mundo se teme a la guerra? El director tendría acceso a los archivos de los informativos televisivos del periodo 1945-1962 y podría editar el material que quisiera y redactar un comentario para acompañarlo. El programa sería de una hora. La pregunta era candente porque, en ese momento, el miedo a otra guerra mundial cundía realmente por doquier. La crisis de los misiles nucleares entre Cuba, Estados Unidos y la URSS había tenido lugar en octubre de 1962». Sin embargo, «cuando los productores vieron el resultado final les entró miedo e insistieron en que otro director, el periodista G. Guareschi, bien conocido por sus ideas derechistas, hiciera una segunda parte y que ambas películas se presentaran como si fueran una sola. Al final, ninguna de las dos se emitió».

Berger señala que La rabbia«no se inspira en la cólera, sino en un feroz sentido del aguante. Pasolini observa lo que ocurre en el mundo con una lucidez inquebrantable. Y lo hace porque la realidad es lo único que podemos amar. No hay nada más. Su rechazo de las hipocresías, medias verdades y falsedades de los codiciosos y los poderososes total, porque alimentan y fomentan la ignorancia, que es una forma de ceguera frente a la realidad. También porque profanan la memoria, incluso la memoria del propio lenguaje, que es nuestro principal patrimonio».

Las imágenes seleccionadas y montadas por Pasolini las visten dos voces en off, «una es la voz de un comentarista apresurado y la otra como la de alguien medio historiador y medio poeta, la voz de un adivino. La primera voz nos informa y la segunda nos recuerda. ¿El qué? No exactamente lo olvidado, sino más bien lo que hemos decidido olvidar. Las dos voces funcionan como un coro griego. No pueden influir en el resultado de lo que se nos muestra. No interpretan. Cuestionan, escuchan, observan y dan voz a lo que el espectador puede estar sintiendo, con más o menos incapacidad para expresarlo», escribe Berger.


5) El Evangelio según Mateo(1964)quedó como una aclamada y personalísima interpretación bíblica donde, tal y como nos dice Ignasi Franch, PPPasolini «optó por una traslación literal de la fuente textual, a la que dieron cuerpo actores no profesionales», e incluía «algunos toques de experimentación estética que la alejaban del neorrealismo». Sostenía el crítico italianoMario Verdone que al decantarse por personasen lugar de actores, se impregnaba a los personajes de una «gran humanidad yveracidad», ya que Pasolini huye de la parafernalia oficialista y concibe su Cristo como un subproletario de orígenes humildes que comparte la dureza de la vida con las gentes de su misma extracción.

Para encarnar a Cristo, se dice que Pasolini llegó a proponérselo, entre otros muchos, a Allen Ginsbergy a Luis Goytisolo, pero finalmente el cometido recayó en un desconocido universitario vasco llamado Enrique Irazoqui que cursaba estudios en Roma. Así relata Javier Mateo la elección: «Irazoqui militaba en el anarquismo antifranquista y tuvo a bien realizar una acción de consecuencias impredecibles: acudir al despacho de Pasolinipara realizarle una entrevista. El joven, que contaba con diecinueve años, no podía imaginar que acabaría convirtiéndose en el cazador cazado. No buscaba a un actor como tal, sino un icono; a sus ojos, aquel estudiante de Económicas era quien mejor representaba la imagen mental preconcebida de su ansiado protagonista. De este modo Irazoqui dejaría de ser el personaje anónimo que había sido hasta entonces para convertirse en emblema de una película reconocida por toda una generación debido a su carácter renovador y transgresor. En un principio, el rechazo del papel por parte del español provocó el efecto contrario en Pasolini, ya que vio en su actitud un símil con el propio personaje, que se negaba a ser el elegido».

La cinta fue canonizada en el Festival de Venecia y la puntillosa Cahiers du Cinémase deshizo en halagos, afirmando que Pasolini lograba «penetrar sin complejos en el corazón del Evangelio, con una nueva mirada que va decapando el texto a fin de que podamos apreciar su vigor y sentido primero».

[Continuará]

"LA CRÍTICA ANTE EL CINE DE PASOLINI (ll), por JOSÉ LUIS CAMPAL

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6) La sexta película tras la cámara de PPPasolini tomó la forma de un filme-encuesta sobre el amor y sus variantes que bautizaría como Comizi d’amore(1965), si bien el planteamiento primigenio del cineasta, que los productores se apresuraron a quitarle de la cabeza, era una obra sobre las perversiones sexuales.

Rodada en 1963, no se visionó hasta el año siguiente en el Festival de Locarno, retrasándose su acceso a las salas comerciales a mayo de 1965. Como recuerda Isabel Cuesta en El País,«con cámara y micrófono en mano, Pasolini recorrió Italia interrogando a la gente del campo, de la ciudad, niños, jóvenes y viejos, obreros y estudiantes, mujeres decentes y prostitutas sobre la sexualidad, la homosexualidad, la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, la virginidad, el divorcio (que aún no estaba permitido) y sobre la prostituciónque entonces había sido desplazada a las calles por la Ley Merlin de 1958 que había prohibido los burdeles». Al lado de los italianos sin rostro, incluye entrevistas con dos pesos pesados de la intelectualidad nacional: el poeta Giuseppe Ungaretti y el novelista Alberto Moravia.

El trabajo, que carecía de un hilo conductor más allá del desplazamiento para sonsacarle al pueblo sus opiniones, lo evalúa el crítico de Diagonal como «fascinante y divertido, [ya que] da una imagen compleja del rostro de un país que poco tiene que ver con la Italiaoficial del milagro económico». Y lo hace, como señala en otro lugar Iván Villarmea, «a través de una provocadora mezcla de política, sociología y sexo. En ella, Pasolini jugaba a desconcertar a los entrevistados con sus preguntas, empleando una técnica periodística que acabaría derivando en los asaltos mediáticos en los que los reporteros actuales acosan a los ciudadanos».

7) La aportación titulada Localizaciones en Palestina para El Evangelio según Mateo constituye un cuaderno de imágenes capturadas en 1963 como trabajo preparatorio de su famosa quinta película y que se montó y estrenó en Italia en el verano de 1965 dentro del Festival de Dos Mundos.

Explica la Dra. Silvia Martín Gutiérrez que «la finalidad de este viaje es la búsqueda de localizaciones, o mejor dicho de inspiración,de lugares y personajes que pudieran ser utilizados para Il Vangelo secondo Matteo. Hablamos de inspiración y no de localización en sentido estricto, porque cuando Pasolini llega a Tierra Santa ya es consciente de que el elevado nivel de industrializaciónde la zona impide que la película pueda rodarse allí».

Sobre todo lo rodado, Pasolini confiesa que es un «material inutilizable» para sus fines, y agrega: «Son las mismas caras que hemos visto en las aldeas drusas: dulces, bonitas, alegres, quizás algo tétricas, fúnebres, de una dulzura salvaje, plenamente precristiana. Las palabras de Cristo no pasaron por aquí, ni de lejos. Las imágenes son fantásticas. Y probablemente son fieles a la imagen que tenemos cuando pensamos en los judíos cruzando el desierto».

8) La fábula/sátira política Pajaritos y pajarracos(1966), estrenada en Milán, reunía por vez primera al gran cómico Totó y al joven amante de Pasolini Ninetto Davoli. Parodiando en cierto modo la película de Rosellini Francesco, giugliare di Dio, la cinta se ciñe a las andanzasde un «padre y su hijo, con un marcado carácter chaplinesco, y un cuervo que posee el don de la palabra. La obra se articula con los diversos incidentes que les ocurren a los tres personajes, mientras avanzan por una carretera que nace en el horizonte y se pierde en la lejanía», resume el historiador de cine Augusto Martínez Torres.

Para la web Diccineario, estamos ante una «caótica, mordientepero bienintencionada parábola sobre el sentido de la vida y el irresistible ocaso moral de una sociedad capitalista tan hipócritacomo inquisitorial. Inquietudes tan adheridas a la personalidad del autor como la pobreza, el sexo, la muerte o la religión eran abordadas con enorme lucidez en esta road movie».

La lectura del desencanto político pasoliniano no puede eludirse. Así lo condensaba Pedro Gandía en la revista valenciana Debats: «Una película ideo-cómica sobre la crisis política del PCI y del marxismo de los años 50. La sensibilidad lírica del montaje transforma la ideología en poesía. Es ilustrativa, al respecto, la secuencia en la que dos representantes del proletariado industrial, padre e hijo, acaban comiéndose al cuervo que los acompaña, un intelectual de izquierdas, hijo del señor Duda y la señora Conciencia, habitante del país de la ideología en la ciudad del futuro y residente en la calle Karl Marx. En cierto modo, el cuervo tiene algo de autobiográfico de Pasolini. No lloro por el fin de mis ideas, de seguro que ya llegará alguien y tomará mi bandera. Lloro por mí mismo, dice el ave. Es su película moderna por excelencia, a la vez que cuadro sintético de la problemática social».

9) La contribución de PPPasolini tituladaLa Tierra vista desde la lunaformó parte del filme colectivo Las brujas(1967). Acompañaban a Pasolini con otros tantos segmentos fílmicos: Mauro Bolognini, Vittorio de Sica, Franco Rossi y Luchino Visconti. Un abanico de primeras figuras.

El mediometraje de Pasolini, protagonizado por los intérpretes de Pajaritos y pajarracosy con un tratamiento del color antirrealista e inusual en su cine, queda como una «comedia diseñada para recalcar la naturaleza fugitiva, breve, de la vida humana, e incluso sobre lo ridículo de sus aspiraciones y sobre los “caminos inescrutables de los dioses”, ya sean los griegos, el católico o aquel que llamamos destino», escribe Ignasi Mena, para quien La Tierra vista desde la luna«puede entenderse como una manera de responder al desafío de cómo integrar la muerte en la comedia, sin perder los rasgos fundamentales del género ni alienar al espectador».

[Continuará]

LA CRÍTICA ANTE EL CINE DE PASOLINI (lll), por JOSÉ LUIS CAMPAL

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10) Edipo rey(1967) constituyó  una incursión de PPPasolini en el mito griego abordado por Sófocles. Sostiene el crítico Tomás Delclós que el filme «no tiene nada que ver con la arqueología. La incorporación de temas de Bach, del himno soviético y de músicas populares de Rumania y Japón no son simples anacronismos metidos en una minuciosa tarea de reconstrucción de la tragedia griega. Pasolini no se basa en Sófocles, sino en el mito, entendido como patrimonio cultural colectivo».


Piensa este crítico que «la tragedia pereció cuando el héroe individual dejó de estar sometido a un destino que le dictaba su propia peripecia y el protagonista, sin ordenanzas divinas, se hacía más responsable de su futuro»; de ahí que Pasolini opte por reciclar «la peripecia del héroe trágico hacia una reflexión existencial sobre la imposibilidad de evitar el dolor».

11) El undécimotrabajo fílmico de PPPasolinifue un documental-entrevista de apenas 8 minutos al famoso poeta estadounidense Ezra Pound, realizada en 1967 para la RAI. Pound vivía en Rapallo, cerca de Génova, y había tenido muchos problemas con la justicia por su enardecido ensalzamiento de Mussolini y la no menos conflictiva defensa del antisemitismo nazi.

La revista mexicana En Filme se refiere a esta pieza televisiva como sigue: «En la conversación, Pasolini se muestra efusivo y apasionado, evidenciando su afición por la poesía y sus conocimientos literarios. Pound presenta un semblante sereno y de pocas palabras. Nulo entusiasmo se desprende de un viejo Pound, mientras que Pasolini declama con fervor el “Canto LXXXI”. Ambos discuten el movimiento italiano literario denominado “neovanguardia”, que cuenta entre sus adherentes con Umberto Eco, Edoardo Sanguineti y Amelia Rosselli. Pasolini indaga sobre las aficiones artísticas del poeta; escultura, pintura y música».


12) En el filme colectivo Capricho a la italiana(1968), PPPasolini dirigió el episodio titulado ¿Qué son las nubes?,acerca del drama Otelo y el mundo de los títeres.

Sobre este segmento de 20 minutos dice el ensayista Emiliano Fernández en Metaculturaque «Pasolini, por un lado, juega con la distancia entre la realidad y la ficción subrayando el desconcierto, la alienación y la frustraciónque puede generar en muchos actores y artistas en general (el títere que representa a Otelo descubre con tristeza que Yago y el mismo moro son seres execrables, frente a lo que su contraparte le responde que están “en un sueño dentro de un sueño”) y, por otro lado, examina la enrevesada conjunciónde las tres dimensiones: la de los personajes, la de los espectadoresy la del mismo autor/ titiritero, quien hace comentarios contextuales y ofrece alguna que otra interpretación desde lo alto mientras mueve los hilos de sus criaturas».

13) Apuntes para una película en la India(1968) es un documental televisivo de 33 minutos producido por la RAI y con música de E.Morricone, un boceto fílmico que nunca llegó a realizar y que se rodó en las calles de Bombaycámara en mano. El embrión del filme hay que buscarlo en un proyecto anterior de Pasolini no fraguado sobre el hambre en el Tercer Mundo.

Sostiene el profesor Daniel Acle que aquí el cineasta «despliega algunos de los recursos más destacados de los apuntes como forma poética: el silencio, el sonido, la música, las voces narrativas… y su relación con las imágenes y, por supuesto, con el papel activo del espectador, cuyo acto de recepción no agota –al igual que la poesía– la forma poética de los apuntes».



14) Teorema(1968) opta por efectuar una introspección en el desestructurado organigrama burgués de la familia. Como señala Pedro Paunero en la revista mexicana Corre Cámara, se trata de una «conmovedora historia de redención quebrada», interpretada por un «misterioso personajeredentor» que «obligará a sus habitantes a liberarse de sus ataduras existenciales y de clase».

Por su parte, el estudioso Lior Zylberman la interpreta en Revista Sans Soleil como una inmersión en el tema del Otro, «que nos es presentado, en este caso, como la belleza y la bondad sublime, un Otro al que se le ofrece hospitalidad: la apertura de la morada al otro como posibilidad de liberación...». Para Pasolini, «el revolucionario mensaje ha de pasar por el sexo: una zona liberadora que se revela en su elementalidad revolucionaria en el interior de un hogar que hasta ese momento lo ha contenido y disimulado para conservar el orden burgués».

15) Orgía(1968) es la filmación en una sala de Turín de un drama teatral de su autoría que escarba en la autodestrucción masoquista de una pareja, con banda sonora de Morricone.

Juan M. Bulitta la define en Hablemos de Cine como una pieza de «cine subjetivo que radicaliza los presupuestos alegóricos. Un filme agresivo, violento, reflejo de una profunda crisis personal, y hasta de una desengañada posición frente a la vida, la cultura, el arte y el cine».

[Continuará]
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