Hace más de un mes que he regresado de este viaje, y hoy me dispongo a hacer un resumen con mis impresiones.
El programa era muy apretado, pero no fue obstáculo para lanzarme en él con un grupo de entusiastas viajeras.
El día 26, al final de la tarde, llegamos a Estambul. Al día siguiente (día 27) nos esperaban cinco horas en autocar por la zona turco-europea, a orilla del mar Mármara hasta el estrecho de Los Dardanelos; lo cruzamos en ferri a la zona turco-asiática para llegar a Troya.
En una tarde calurosa visitamos sus ruinas. A la entrada, un enorme caballo de madera, el mítico caballo de la guerra de Troya. Al verlo, mi mente viajó a mi tierna infancia: en algún libro vi el famoso caballo que Ulises mandó construir para que los soldados, al salir de él por sorpresa, ganasen la guerra. Así de sencillo y fácil lo vio esta niña, que guardó mucho tiempo en su memoria el dibujo del caballo y los nombres de Ulises y Troya. La primera foto, al caballo, ese caballo con el que la inocencia de esta niña hizo volar la imaginación…
Noche en Canakkale.
Día 28: visita a la antigua ciudad de Pérgamo, uno de los centros culturales, comerciales y médicos del pasado. En 1951 lo empezaron a restaurar. Lo más conservado de ella está en el museo de Pérgamo en Berlín, lugar que he visitado hace tres años.
En ruta, visita panorámica por la cosmopolita ciudad de Ezmir, una de las ciudades más bonitas del país, “La Perla del Egeo”; hay allí una larga avenida con palmeras y modernas terrazas. La imagen no es la que esperaba en una ciudad musulmana. El guía, Mehmet, nos decía que la costa del mar Egeo es lo más moderno de Turquía. No es llamativo ver en las playas a las jóvenes en topless.
Luego, subida al monte Careto para visitar el lugar y la casa donde vivió los últimos años la Virgen María. Existe en ese lugar un llamativo muro empapelado con peticiones, y allí dejamos las nuestras para tal efecto. Noche en Kusadasi, Hotel Richmond Ephesus.
Día 29. Salida hacia Éfeso. Uno de los grandes misterios de Turquía son las ruinas de la ciudad de Éfeso. Aquí la imaginación se pone en marcha para comprender los restos de un glorioso pasado. En esta ciudad que monopolizó la riqueza de Medio Oriente, hoy, ante sus ruinas, se puede ver cómo era la vida en una ciudad importante de la era imperial romana, tener cierta idea de su original esplendor.
No podía faltar la visita a una fábrica de pieles, muy bien organizado para los turistas. Un pase de modelos, de ambos sexos, con unas prendas preciosas. Pero lo/as modelo/as que mejor desfilaron fueron Celsi y Bolaños. Desfilaron con una sonrisa y un garbo propio de los mejores profesionales. Nos hicieron pasar un momento muy agradable. Agradable fue aún más para el empresario, pues todos hemos dejado allí unos cuantos euritos.
Seguimos luego hacia Pumakkale, conocido internacionalmente por sus fuentes termales. Pumakkale es unos de los fenómenos de la naturaleza, una fuente termal calcárea, creada a través de los siglos por la acumulación de la cal. Las capas de la cal tomaron formas indefinibles; en conjunto, forman un increíble espectáculo visual. La llaman Castillo de Algodón. Llegar allí con un gran día de sol y refrescar los pies en sus aguas… fue muy reconfortante.
Noche en Kamukkale, en el hotel Lycus River, con piscina de aguas termales; en ella, con Pilar y Tino, sólo unos instantes, por estar el agua muy caliente. Luego optamos por otra más agradable, en compañía de Carmen y Bolaños.
Día 30: ruta hacia Konya, con parada en el Monasterio De Los Derviches Danzantes. Después de un palizón de coche y calor, llegamos a Konya, al hotel Konya Bera. En él hemos disfrutado de sus aguas termales, sauna, masajes… Mis piernas hinchadas han agradecido unos masajes… ¡qué masajes!
Día 1 de mayo. Salida hacia Capadocia, hotel Avrasya. En esta ciudad hemos estado dos días para explorar y descubrir Capadocia; esta fascinante región (Anatolia) es una formación geológica ÚNICA EN EL MUNDO. Hace millones de años, erupciones volcánicas han dado lugar a espectaculares formaciones, hasta crear este majestuoso paisaje lunar. Es una mezcla extraordinaria donde se reúnen el esplendor artístico de la madre naturaleza y los ilimitados recursos humanos. Los primeros habitantes de la zona fueron los primeros cristianos. Les servían de refugio de sus perseguidores. Ellos cavaron miles de iglesias en sus ciudades subterráneas. Capadocia es uno de los lugares que hay que experimentar una vez en la vida. Mi experimento fue aún mayor: en compañía de Mª Luisa, Pilar, Tino, Carmen, Luis, Cesi y Loly he subido en los aerostáticos globos. La panorámica, ¡fascinante! Cantidad de globos, muchos, muchísimos (en una foto capté más de ochenta). A nuestros pies, la fascinante Capadocia. Es difícil describir tal espectáculo, al menos para mí: estar disfrutando tanta belleza ¡única en el mundo! Espero que mi retina lo pueda guardar mucho tiempo.
Desde la salida de Estambul hasta aquí, Capadocia, hemos recorrido en autobús 2100 km . Este grupito ha demostrado que estamos en forma.
Día 3 de mayo: salida en avión a Estambul.
Estambul es un paraíso de culturas, permite conocer las grandes civilizaciones que han transitado a lo largo de la historia por esta gran ciudad. Hay allí una gran trama de lenguas, culturas y religiones.
Por su ubicación estratégica entre tres mares y dos continentes, ha sido disputada por diferentes potencias. Su entramada historia es amplísima. Yo me pierdo en ella.
En ella hemos visitado todo lo que todo visitante procura conocer: La Mezquita Azul, Santa Sofía, el Palacio Topkapi, La Cisterna, El Gran Bazar, El Hipódromo.
Día 5 de mayo, libre. Mª Luisa, Pilar, Tino, Charo, Eliseo y yo nos desplazamos hasta la plaza Taksin en la zona asiática. Recorrimos la calle peatonal Istiklal (en ella oímos misa en la iglesia católica de S. Antonio), hasta la torre Gálata. Cruzamos el largo puente Gálata, con un sol abrasador.
Después del almuerzo, visitamos La Cisterna y, para remate final (en unión con nosotra/os, Vicente, Pilar y Fidel), un paseo en barco por el Bósforo. La salida la hicimos de modo que coincidieran el día y la noche. La panorámica de Estambul, ¡fascinante!
Unos días más para pasear tranquilamente por Estambul hubieran sido necesarios: Estambul es mucho Estambul para estar en ella sólo dos días. Transmito lo comentado por Mehmet: es un país laico, las mujeres se tapan si ellas quieren, su hermana no lo hace. Tiene unas amigas que son hermanas, una se tapa y la otra, no. Yo le pregunté si, al casarse, cambiaba de opinión; me dijo que no tenía por qué ser así, que ellas deciden, pero el machismo…
La manera de taparse refleja su ideología y a qué secta del mundo musulmán pertenecen. También los hombres, según lleven la barba o el bigote.
Nos explicó sobre el Corán: cuando lean el Corán no lo van a entender. Cada uno interpreta el Corán a su modo. El Corán dice cosas, pero no hay explicaciones. El Corán no es algo único y solo. El Corán habla de la forma de vestirse los hombres y mujeres. A causa del machismo, las mujeres deben taparse: llegará un momento en que las mujeres lo interpretarán de otra forma. Yo añado: ¡ojala sea pronto!
Regresé fascinada de Turquía. Y muy satisfecha de las personas del grupo, todas encantadoras y pendientes de todos. Gracias amiga/os. Espero volver a coincidir en próximos viajes.