... les anticipa y tranquiliza que este próximo domingo, día 14, en la prensa escrita y también en la digital, se publicará un artículo que es el primero de varios o serie.
El artículo nada tiene que ver con los que se publican en Religión Digital, titulados “Parecidos y diferentes”, publicándose, Dios mediante, el día 20 de febrero la sexta parte.
El del próximo domingo es del estilo de “Los pavos”, más o menos. Es resultado de la afición al juego –no ludopatía, de la que está muy alejado el autor-. Fue Paco Umbral en su Mortal y Rosa el que escribió: “Escribir es jugar y jugar es ser niño esencial”. Es muy difícil jugar, incluso a ratos y con Literatura, teniendo en cuenta los graves problemas sociales que rodean; también es difícil el juego por el tiempo que hay que dedicar –para defenderse—a los envidiosos, inútiles, lechuguinos, berzas y repollos ruidosos por la rabia, que pasó de los perros a los humanoides.
Lo del domingo comienza con el peliagudo asunto del llamado “género”, pero no es la preocupación fundamental; hay otras.
Se sale de Gijón y llegamos a Oviedo, deteniéndonos en las varias unidades del convoy.
Especial atención merece una corneta, que no es precisamente un instrumento para música; cornetas por ser los cuernos de una banda de música, como las que tocaban en el quiosco del Paseo de Begoña (Gijón) y en el del Bombé (Oviedo), muy cerca éste de la caseta de madera de bosque, llamada “La Chucha” ¡Qué bandas!
Y como suele ser habitual, se escribe de una cosa pensando en otra y en otra. La mente lectora, para entender, ha de estar en varios sitios a la vez. Y nadie tiene garantizado no salir trasquilado como las ovejas o los machos cabríos.
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