LA NUEVA ANDADURA DEL ATENEO JOVELLANOS, UN REFERENTE DE LA VIDA CULTURAL GIJONESA
Vista desde la terraza del Centro Cultural CAJASTUR, donde se ubica el ATENEO JOVELLANOS |
Huele a mar y eso siempre se agradece. Si salimos a la terraza, en un día soleado como lo han sido éstos últimos, la vista se antoja inmejorable. Vemos el puerto deportivo y parte del magnífico palacio de Revillagigedo. Pelayo nos vigila, y allí estamos todos los que formamos parte del Ateneo Jovellanos, esta entidad gijonesa en el que ahora ejerzo como secretaria de la nueva directiva.
Recuerdo perfectamente cuando me llamó la primera vez José Luis Martínez, su presidente durante dos décadas, para dar la primera conferencia. Me sentí halagada y honrada, porque el Ateneo ha sido y es un referente no solo en Asturias sino en España. Compartir el mismo espacio que tantas personalidades importantes habían pisado, me parecía un sueño. Desde entonces ha sido mi casa. He dado unas cuantas charlas más, he presentado a varios autores e incluso mi propio libro. Por eso cuando me llamó José Luis Martínez para formar una nueva directiva estaba reacia porque ustedes saben que mi vida no es precisamente tranquila, y esta llamada suponía un compromiso más. Pero entre él y Álvaro Muñiz, presidente actual, consiguieron ilusionarme y hacer que en vez de un trabajo fuera algo más por lo que luchar y entusiasmarme, y ustedes saben que a mi me encantan los retos. La respuesta de los socios y del público en general en la inauguración de la nueva sede en el Centro Cultural Cajastur Colegiata de San Juan Bautista, ha sido extraordinaria y nuestro entusiasmo ha crecido con esa respuesta. El Ateneo ha sido y es un referente cultural, y su directiva es muestra de ello. No puedo competir con ellos, ni con su alma mater, la que lleva el peso de toda la infraestructura del ateneo y de sus socios a la espalda: mi tocaya Isabel Moro. Pero sí puedo intentarlo. Puedo y voy a aceptar ese reto.
Quiero que el ateneo sea la casa en la que abuelos, padres e hijos puedan tener cabida. Quiero que esté vivo y que la cultura esté al alcance de todos los que quieran en estos tiempos de carestía total en todos los sentidos, sentir que pueden integrarse y formar parte de él. Ideas muchas; ilusión, toda. No soy una persona que pueda dedicar mucho tiempo a hacer cosas que desearía porque mi trabajo es totalmente absorbente, pero sí puedo hacer que lo que yo sé, lo mío, se pueda transmitir a los demás y podamos informar y formar para que todos tengan cabida en la cultura de la calle, de la gente corriente. Esa que necesita que les hablemos de la familia en el siglo XXI, una familia que está cambiando, y que necesita de pautas y referencias. Esa será mi primera charla, la que me han encargado como pistoletazo de salida para un ciclo que se denominará así : «La familia del siglo XXI». Una familia que sufre la lacra del paro, que tiene en los abuelos su referente y su apoyo. Una familia que necesita reorganizarse, que sufre también problemas como el acoso del alcohol (el famoso «botellón»), las drogas, la incomprensión de las amas de casa, la conciliación de la vida familiar y laboral, la educación con límites, las nuevas tecnologías, los problemas de los niños y adolescentes... en fin, todo un arco amplísimo para estudiar, hacer talleres, mesas redondas, y todas esas cosas que pienso mientras pasan las horas intentando dormir.
¡Hay tanto que hacer! Tanto que trabajar! Por eso, por darme aún más trabajo que además me ilusiona y me entusiasma, no me queda más que dar las gracias a todos aquellos socios y directiva que han confiando en mí para formar parte de ellos. Gracias de corazón. Les espero en su casa y en la mía? las vistas son inmejorable. Y no lo olviden: huele a mar.