Aunque la economía alemana sigue yendo viento en popa, con más puestos de trabajo (44,28
millones en 2017), jamás alcanzados, y una baja tasa de paro (5,3%), ve amenazado su crecimiento futuro por falta de mano de obra cualificada. ¡Cada vez incluso hay más empresas que por esta razón se ven obligadas a rechazar pedidos! A pesar de que en Alemania ya funcione desde 1969, en todo el mundo admirado, un sistema de Formación Profesional dual para nada menos que 327 profesiones
–sistema que combina estudios con prácticas en empresas y que ha sido copiado por muchos países, como, primero, Austria, Suiza, etcétera, y últimamente incluso por países orientales de Europa–, el
pasado año nada menos que 520.000 jóvenes han empezado en Alemania esta formación. ¡Sin embargo, en el “motor económico de Europa” falta todavía mano de obra cualificada!
¿Y la Formación Profesional dual en
España? Según un reciente estudio, sólo el 0,4 de nuestros jóvenes llega a este modelo, y sólo Grecia nos supera en el paro juvenil, que aquí es verdaderamente escandaloso, 26%.
En Alemania a los jóvenes se les informa en las escuelas a los 15-16 años sobre la Formación Profesional dual, y éstos luego se dirigen a empresas para cerciorarse sobre sus posibilidades en esta formación. Aquí parece que nuestras instituciones apenas saben cómo fuera de nuestras fronteras colaboran estrechísimamente Estado, patronal y sindicatos precisamente en el importantísimo tema de la Formación Profesional de sus jóvenes, la cual aquí encima tiene que luchar contra barreras
administrativas e inacción. Empresas alemanas en España, hartas de tener que “importar” jóvenes debidamente formados por su país de origen para renovar sus plantillas, hace ya más de treinta años habían creado la FADE Business School, que en sus centros de Madrid y Barcelona imparte la Formación Profesional dual alemana a sus discípulos, y ya van casi mil formados y ¡todos en
puestos de trabajo! ¿Y en Asturias? Aquí, la industria del metal hace poco ha inventado su propia Formación Profesional dual –como ocurre con varias regiones españolas– y va por la segunda
promoción de jóvenes, parece que son poco más de dos decenas.
Y esto que en los años 80 del siglo pasado, cuando entre todos matamos la figura del aprendiz, solamente Ensidesa formó en su afamada escuela cada año más de trescientos aprendices, sin hablar de Cristalería Española, Duro Felguera, Didier, etcétera.
Con el tremendo paro juvenil también en nuestra región, y viendo tantas posibilidades y plazas libres precisamente en Alemania, uno piensa que la solución quizás podría estar en aprovechar la extraordinaria coyuntura y formar a jóvenes en Alemania. ¿Estudiar alemán uno o dos años para después probar suerte fuera, en vez de elegir un estudio académico con a veces dudosas salidas, o seguir viviendo cómodamente en casa de los padres sin hacer gran cosa?
Ésta es la cuestión.
El ingeniero Rolf Beyebach llegó a Asturias en 1968 para dirigir la factoría de refractarios de Didier en Lugones y quedó en la región para siempre.