«Seguimos en la guerra fría, aunque con las armas del siglo XXI: las fuentes de energía»
«La crisis de Chipre ha sido una operación política y económica muy bien orquestada para poner una base rusa en la isla»
21.04.2013 Rafael González Crespo Coronel en la reserva, autor de un libro sobre Rusia.
Oviedo, L. Á. VEGA.- El coronel en la reserva Rafael González Crespo (Santander, 1947), ex delegado de Defensa en Asturias y ex director de la residencia militar «Coronel Gallegos» de El Coto (Gijón), acaba de sacar un nuevo libro sobre su gran pasión, la madre Rusia. Bajo el irónico título«Cambio hoz y martillo por 4x4 con lunas tintadas», González Crespo retrata la evolución del pueblo ruso en las últimas dos décadas, del comunismo ortodoxo a un capitalismo no exento de injusticias. «Seguimos en la guerra fría, aunque con los armamentos del siglo XXI, que son las fuentes de energía», señala sobre las relaciones rusas con Occidente. Y augura que el futuro económico está en Eurasia, aunque no sabe muy bien si Rusia se incorporará de alguna forma a la Unión Europea o ésta será absorbida por el gigante del Este, hoy en día más poderoso que nunca.
-Dos chechenos atacan el corazón de EE UU. ¿Un problema ruso que le estalla en la cara a los americanos?
-Me faltan datos aún para opinar. En Chechenia se reunieron islamistas de todo el mundo, mayoritariamente wahabitas, especialmente durante la segunda guerra con Rusia (1999-2002). Parece que la franquicia de Bin Laden actúe en todo el mundo. Todas las cuestiones islamistas están salidas de madre. En Chechenia hay tranquilidad, aunque quizá Rusia se haya descuidado mucho en esa parte, sin hacer grandes inversiones.
-En su libro traza la evolución de los rusos en los últimos años.
-Me recuerdan un poco la España de los años sesenta, en la que el crecimiento era desordenado y se aprovechaban los viajes de conocidos para traer transistores de Andorra o medias de París. Han llegado a esa situación sesenta o setenta años después que el resto, y ahora lo que todo el mundo quiere tener es un iPhone. Todo el mundo quiere mejorar.
-¿Siguen en manos de las mafias?
-Hubo un tiempo en el que parecía que la mafia se confundía con los mecanismos del Estado, pero creo que están en un camino de regeneración. No creo, de todos modos, que hayan estado en manos de la mafia. Ni que la inventasen ellos. Ahí está el ejemplo de los mafiosos de Estados Unidos.
-Pero ahí está la extraña muerte de Berezovsky.
-La gente también se muere en Rusia de muerte natural o, como parece que ha ocurrido en el caso de Berezovsky, se arruina y opta por la salida del suicidio. Estamos demasiado acostumbrados a ver Rusia como un país de leyenda envuelto en un misterio, en el que siempre tiene que haber detrás un malo.
-Póngame un ejemplo gráfico de la evolución de los rusos.
-Los años noventa fueron de verdadera hambruna. Era difícil encontrar comida, no había nada. Las tiendas estaban cerradas, los restaurantes no se sabía lo que eran. Acababan de abrir un McDonald's, y la gente se decía si vendían la vaca entera. Hace unos meses, tras una reunión de negocios muy dura en Moscú, fuimos a un restaurante. Nos dijeron que no se podía entrar si no habíamos reservado antes. Les pregunté si podíamos llamar por teléfono para reservar y saqué el iPhone. «Si tiene usted iPhone, habrá mesa para usted», me dijeron. Lo dicho, como los transistores de Andorra. Lo cierto es que hay un problema de reparto de la riqueza, y la clase media ha desaparecido.
-A veces parece que Rusia sigue alineada contra Occidente.
-La culpa no la tienen ellos en exclusiva. Seguimos en una guerra fría, con los armamentos del siglo XXI, que son las fuentes de energía. Si seguimos acosando a Rusia, tratando de quitarle sus áreas de influencia, continuará creciendo hacia el Este, hacia la India, China, Irán..., y creando un bloque más peligroso en lo económico que lo que lo fue la Unión Soviética. Tiene en marcha una unión aduanera asiática, y el desarrollo de los tratados de Shanghai y de seguridad colectiva, que les está haciendo mucho más poderosos que antes. La riqueza en el futuro se va a generar en lo que se llama Eurasia, con todas sus fuentes de energía. Lo que está por ver es si Rusia se incorpora de alguna forma a la Unión Europea o ésta será absorbida por Rusia.
-Cuando habla de intentar quitarles áreas de influencia, ¿se refiere a Georgia?
-Antes eran muy proamericanos, pero ha habido elecciones y están reanudando las relaciones con Rusia. El Cáucaso siempre ha estado en guerra. Hace falta un poco de justicia social en esa zona, que no les andemos zarandeando hacia un lado u otro.
-¿Y qué le parece la última crisis de Chipre?
-A mí lo que me parece es que ha sido una operación política y económica muy amplia y muy bien orquestada para poner una base militar rusa en Limasol. Luego enviarán ayuda económica a la isla a fondo.
("La Nueva España", 21.04.2013 )
Oviedo, L. Á. VEGA.- El coronel en la reserva Rafael González Crespo (Santander, 1947), ex delegado de Defensa en Asturias y ex director de la residencia militar «Coronel Gallegos» de El Coto (Gijón), acaba de sacar un nuevo libro sobre su gran pasión, la madre Rusia. Bajo el irónico título«Cambio hoz y martillo por 4x4 con lunas tintadas», González Crespo retrata la evolución del pueblo ruso en las últimas dos décadas, del comunismo ortodoxo a un capitalismo no exento de injusticias. «Seguimos en la guerra fría, aunque con los armamentos del siglo XXI, que son las fuentes de energía», señala sobre las relaciones rusas con Occidente. Y augura que el futuro económico está en Eurasia, aunque no sabe muy bien si Rusia se incorporará de alguna forma a la Unión Europea o ésta será absorbida por el gigante del Este, hoy en día más poderoso que nunca.
-Dos chechenos atacan el corazón de EE UU. ¿Un problema ruso que le estalla en la cara a los americanos?
-Me faltan datos aún para opinar. En Chechenia se reunieron islamistas de todo el mundo, mayoritariamente wahabitas, especialmente durante la segunda guerra con Rusia (1999-2002). Parece que la franquicia de Bin Laden actúe en todo el mundo. Todas las cuestiones islamistas están salidas de madre. En Chechenia hay tranquilidad, aunque quizá Rusia se haya descuidado mucho en esa parte, sin hacer grandes inversiones.
-En su libro traza la evolución de los rusos en los últimos años.
-Me recuerdan un poco la España de los años sesenta, en la que el crecimiento era desordenado y se aprovechaban los viajes de conocidos para traer transistores de Andorra o medias de París. Han llegado a esa situación sesenta o setenta años después que el resto, y ahora lo que todo el mundo quiere tener es un iPhone. Todo el mundo quiere mejorar.
-¿Siguen en manos de las mafias?
-Hubo un tiempo en el que parecía que la mafia se confundía con los mecanismos del Estado, pero creo que están en un camino de regeneración. No creo, de todos modos, que hayan estado en manos de la mafia. Ni que la inventasen ellos. Ahí está el ejemplo de los mafiosos de Estados Unidos.
-Pero ahí está la extraña muerte de Berezovsky.
-La gente también se muere en Rusia de muerte natural o, como parece que ha ocurrido en el caso de Berezovsky, se arruina y opta por la salida del suicidio. Estamos demasiado acostumbrados a ver Rusia como un país de leyenda envuelto en un misterio, en el que siempre tiene que haber detrás un malo.
-Póngame un ejemplo gráfico de la evolución de los rusos.
-Los años noventa fueron de verdadera hambruna. Era difícil encontrar comida, no había nada. Las tiendas estaban cerradas, los restaurantes no se sabía lo que eran. Acababan de abrir un McDonald's, y la gente se decía si vendían la vaca entera. Hace unos meses, tras una reunión de negocios muy dura en Moscú, fuimos a un restaurante. Nos dijeron que no se podía entrar si no habíamos reservado antes. Les pregunté si podíamos llamar por teléfono para reservar y saqué el iPhone. «Si tiene usted iPhone, habrá mesa para usted», me dijeron. Lo dicho, como los transistores de Andorra. Lo cierto es que hay un problema de reparto de la riqueza, y la clase media ha desaparecido.
-A veces parece que Rusia sigue alineada contra Occidente.
-La culpa no la tienen ellos en exclusiva. Seguimos en una guerra fría, con los armamentos del siglo XXI, que son las fuentes de energía. Si seguimos acosando a Rusia, tratando de quitarle sus áreas de influencia, continuará creciendo hacia el Este, hacia la India, China, Irán..., y creando un bloque más peligroso en lo económico que lo que lo fue la Unión Soviética. Tiene en marcha una unión aduanera asiática, y el desarrollo de los tratados de Shanghai y de seguridad colectiva, que les está haciendo mucho más poderosos que antes. La riqueza en el futuro se va a generar en lo que se llama Eurasia, con todas sus fuentes de energía. Lo que está por ver es si Rusia se incorpora de alguna forma a la Unión Europea o ésta será absorbida por Rusia.
-Cuando habla de intentar quitarles áreas de influencia, ¿se refiere a Georgia?
-Antes eran muy proamericanos, pero ha habido elecciones y están reanudando las relaciones con Rusia. El Cáucaso siempre ha estado en guerra. Hace falta un poco de justicia social en esa zona, que no les andemos zarandeando hacia un lado u otro.
-¿Y qué le parece la última crisis de Chipre?
-A mí lo que me parece es que ha sido una operación política y económica muy amplia y muy bien orquestada para poner una base militar rusa en Limasol. Luego enviarán ayuda económica a la isla a fondo.
("La Nueva España", 21.04.2013 )