Todas las noticias, para bien o para mal, las recibo a primera hora de la mañana, con el desayuno, leyendo el periódico. Algunas me indignan y otras me sorprenden. El diario de hoy concentraba ambas. Por una parte, el rey y toda su estirpe real se bajan el sueldo en un 20 %. Leo con cierto detenimiento y, pese a la rebaja, pese a ser la monarquía europea que menos cobra, el sostenimiento de la Casa Real nos cuesta a los españoles 7,77 millones de euros. Una bagatela de nada que dirían nuestros queridísimos políticos. Pero, ya se sabe, es lo mejor para la estabilidad del país y hay que ser políticamente correcto. Luego, ni quito ni pongo rey.
Llegado este punto me pregunto si yo no debería de seguir su ejemplo, porque supongo que lo habrán hecho para que tomemos nota el resto de los españoles y seamos un poco más solidarios con un país que hace agua por demasiadas partes, fundamentalmente por la económica. Hago mis cálculos. Soy mileurista, con una rebaja de un 20% pasaría a cobrar 800 euros. Dudo mucho que pudiera vivir. Si adoptase esa medida pasaría a engrosar la lista de la segunda noticia.
Va dicha noticia –que ni tan siquiera lo es-, 13 millones de españoles viven en la pobreza, en la cifra se incluyen 229.000 asturianos –un 21% de la población del Principado está en riesgo de exclusión o pobreza, que dicen las estadísticas-. Los números siguen hablando: un 11% son “pobres de empleo”, dicho así, tal cual, sin ruborizarse; un 15,7% son “hogares de baja intensidad de trabajo”, una buena forma de llamar a las cosas por su nombre, sí señor; y finalmente un 6,2 % sufre una “privación material severa”, vamos lo que vulgarmente se dice “pobres de solemnidad”.
Y ahora, tras el desayuno, decido echar pie a tierra: comprobar por mí misma y sin estadísticas lo leído. No me hace falta ir lejos, a la vuelta de la esquina, en el paseo de Begoña. Pero no relataré quiénes, ni cuantos pobres piden en tan céntrico lugar o a la puerta de los supermercados, ya lo he hecho en otras ocasiones. Quien quiera comprobar que se dé una vueltecita por el lugar. Y mi pregunta, que no deja de ser estúpida, es si la bajada de sueldo de la monarquía servirá de algo a esa media docena de pringaos que estiran la mano tratando de hacerse con unas monedas que les resuelvan el día. Me temo que no. Desde luego qué medidas se toman desde las altas instituciones para… ¿tal vez engañarnos?