Gallegos y asturianos, primos hermanos. Independientemente de quiénes sean los primos y los hermanos (eterna disputa galaico-asturiana), la verdad es que un gallego se siente en casa entre asturianos. Así me sentí ayer en el Ateneo Jovellanos de Gijón, donde estuve pronunciando una conferencia sobre el Papa Francisco y su primavera. Con una sala llena, unos presentadores de lujo y un interesante debate posterior con los asistentes.
La figura del Papa Francisco ilusiona y actúa como un imán. Contribuir, en la medida de mis pobres posibilidades, a esa oleada es un placer. Me encanta explicarle a la gente qué es lo que ha pasado, está pasando y puede pasar en el Vaticano del Papa del fin del mundo. La gente quiere saber, se hace preguntas y busca respuestas.
Tras la acogida del presidente del Ateneo, Álvaro Muñiz, un emprendedor orgulloso de su patria chica y de los logros que están consiguiendo en diversos ámbitos, y de Isabel, su eficaz secretaria, pasamos a la conferencia. En la mesa de presentación, Fidel García Martínez, directivo del Jovellanos, que puede presumir no sólo de saber cosas del Papa, sino de haberlo conocido personalmente en Buenos Aires, cuando era sólo obispo auxiliar del cardenal Quarraccino.
El presentador oficial, nuestro colobarador, el prestigioso notario Ángel Aznárez. Un notario que, además, es un gran teólogo de la política (siguiendo las huellas de su maestro Karl Smidt), que sigue la actualidad del Vaticano al día y que está tan bien informado de los intríngulis eclesiásticos de aquí y de allá que suelo bromear con él, diciéndole que pertenece a varios servicios secretos.
Lo que más me llamó la atención, en el debate posterior, fue el entusiasmo de la gente ante el cuestionario sobre la familia y la moral sexual enviado por el papa a los fieles y a los obispos de todo el mundo. Por vez primera, la gente se siente parte de una Iglesia-pueblo de Dios, a la que el Papa quiere consultar, pedir su opinión. La gente está deseando participar. Encantados de coaborar, para que al Papa le llegue el "sensus fidelium". Sin filtros, sin intermediarios.
Porque, escarmentada, la gente no se fía de los filtros ni de los intermediarios. Creen que las respuestas no van a llegar a través de la Conferencia episcopal. O van a llegar, pero "cocinadas". Y piden otros canales de salida o de llegada de las respuestas.
Desde RD les ofrecemos ese cauce. No para sustituir a otros, a los oficiales, ni mucho menos. Sólo para sumar y aportar y multiplicar el efecto, novedoso e inédito, de la consulta papal a las bases, al pueblo de Dios. Gracias a los amigos de Gijón.
La estancia en tierras asturianas tuvo otro broche de oro: una larga conversación con Don Gabino Díaz Merchán, el arzobispo emérito de Oviedo. A sus 87 años, con sus achaques, pero con una mente lúcida y despierta. Conversamos largo y tendido sobre su infancia (el asesinato de sus padres, cuando tenía sólo 10 años), la reconciciliación, el Concilio, Tarancón, su éopoca de presidente de la CEE y la ilusionante etapa que se abre en la Iglesia con el Papa Francisco. Pronto editaremos la entrevista. Una gozada poder conversar con una referencia y toda una autoridad moral del episcopado y el único obispo vivo que asistió a la cuarta sesión del Concilio Vaticano II. Memoria viva de la Iglesia conciliar, postconciliar y de la Transición española. Gracias, Don Gabino.
José Manuel Vidal
La figura del Papa Francisco ilusiona y actúa como un imán. Contribuir, en la medida de mis pobres posibilidades, a esa oleada es un placer. Me encanta explicarle a la gente qué es lo que ha pasado, está pasando y puede pasar en el Vaticano del Papa del fin del mundo. La gente quiere saber, se hace preguntas y busca respuestas.
Tras la acogida del presidente del Ateneo, Álvaro Muñiz, un emprendedor orgulloso de su patria chica y de los logros que están consiguiendo en diversos ámbitos, y de Isabel, su eficaz secretaria, pasamos a la conferencia. En la mesa de presentación, Fidel García Martínez, directivo del Jovellanos, que puede presumir no sólo de saber cosas del Papa, sino de haberlo conocido personalmente en Buenos Aires, cuando era sólo obispo auxiliar del cardenal Quarraccino.
José Manuel Vidal, Fidel García y Ángel Aznárez |
Lo que más me llamó la atención, en el debate posterior, fue el entusiasmo de la gente ante el cuestionario sobre la familia y la moral sexual enviado por el papa a los fieles y a los obispos de todo el mundo. Por vez primera, la gente se siente parte de una Iglesia-pueblo de Dios, a la que el Papa quiere consultar, pedir su opinión. La gente está deseando participar. Encantados de coaborar, para que al Papa le llegue el "sensus fidelium". Sin filtros, sin intermediarios.
Porque, escarmentada, la gente no se fía de los filtros ni de los intermediarios. Creen que las respuestas no van a llegar a través de la Conferencia episcopal. O van a llegar, pero "cocinadas". Y piden otros canales de salida o de llegada de las respuestas.
Público en el salón de actos del ATENEO JOVELLANOS |
La estancia en tierras asturianas tuvo otro broche de oro: una larga conversación con Don Gabino Díaz Merchán, el arzobispo emérito de Oviedo. A sus 87 años, con sus achaques, pero con una mente lúcida y despierta. Conversamos largo y tendido sobre su infancia (el asesinato de sus padres, cuando tenía sólo 10 años), la reconciciliación, el Concilio, Tarancón, su éopoca de presidente de la CEE y la ilusionante etapa que se abre en la Iglesia con el Papa Francisco. Pronto editaremos la entrevista. Una gozada poder conversar con una referencia y toda una autoridad moral del episcopado y el único obispo vivo que asistió a la cuarta sesión del Concilio Vaticano II. Memoria viva de la Iglesia conciliar, postconciliar y de la Transición española. Gracias, Don Gabino.
José Manuel Vidal